Arancine(ma) Paradiso. Primera parte

El andén de una estación, una cerveza Moretti, un croissant relleno de Nutella y una “teta” (así hemos bautizado a esta especie de bollo suizo con sabor a azahar y con una bola de masa a modo de pezón). Un avión y una gaviota se cruzan en el cielo y parece que vayan a chocarse. Un anciano arrugado ríe divertido mientras intercambiamos cervezas: ¿Moretti o Messina? La Moretti siempre refresca más. Un hombre se sienta a nuestro lado, extraño y educado, hace una llamada y se vuelve a levantar. El eco del bar ruidoso, amortiguado por la puerta, se oye mezclado con el susurro de una mujer hablando en un idioma que no conozco, el tráfico a lo lejos y una tranquilidad maravillosa. Atolondrados por el sol de la tarde tras un rato de playa en Isola Bela, nos levantamos para subir al tren con destino a Catania. El Etna ha estado humeante hoy… ojalá haya otra erupción y la podamos ver esta noche. Antes de volver a Palermo. Antes de irnos de Sicilia.

Ahora que ha terminado el Zinemaldi y ha empezado San Sebastian Gastronomika con la invitada Italia: Norte vs. Sur, qué mejor momento para publicar este post. Un post sobre Sicilia para ir abriendo boca y un siciliano entre los ponentes, Pino Cuttaia de Licata, con sus retrúecanos sicilianos. Me he ido hasta allí y ella viene hasta mi. Aunque no es la misma experiencia. Igual que no es lo mismo una siciliana con pasta que pasta alla siciliana 😉

Y hablando del Zinemaldi… Cinema Paradiso, El Gatopardo o El cartero y Pablo Neruda son algunas de las películas más famosas rodadas en Sicilia, el “balón” que la bota italiana parece patear desde hace siglos y no llega a hacerlo por tan solo tres kilómetros. Sicilia, la Italia más meridional, separada del resto física y culturalmente presenta una idiosincrasia similar pero sin duda diferente a su vecina. Por algo la población de Sicilia se siente más siciliana que italiana. En el título de este post elijo la similitud con Cinema Paradiso, una película entrañable como entrañable me ha parecido Sicilia. Hay un fuerte contraste entre precioso y destartalado, calma y caos, sonrisas y ceños fruncidos, verde y marrón, alegría y tristeza. Y es todo ello lo que le da su encanto. Y los arancines… bueno, ahora hablaremos de los arancines (o arancinis). Basta decir que fueron la piedra angular culinaria del viaje, por comodidad y preferencia, aunque había mucho donde elegir. Y es que a la hora de comer existen varias alternativas posibles: hay ristorantes, pizzerias, trattorias, osterias, tavolas caldas,…

Un ristorante es el local digamos “formal”, para sentarse y comer tranquilamente, con servicio de mesa y que, en principio, será más caro que el resto. Las trattorías, cuyo nombre viene de “trattore” que significa ‘preparar’ son parecidos a los restaurantes pero más de andar por casa (lo que nos encanta), restaurantes familiares donde se sirve comida casera. Aunque segun la definición en la wikipedia son lugares donde no se sirve comida bajo un menú, por mi experiencia puedo decir que los había con y sin menu. Eso si, comparto lo del ambiente informal y relajado y lo de los precios bajos 😉 . Por otro lado están las osterias, muy similares  a las trattorias aunque con un espíritu más como de taberna, ya que en origen eran locales (posadas) donde se servía fundamentalmente vino y claro, algo de comida para acompañarlo. Por supuesto, tenemos pizzerias por doquier (que creo que no necesitan descripción) y por último, tavolas caldas. Las tavolas caldas (mesas calientes, literalmente) son pequeños locales de comida “rápida” que se pueden encontrar en cualquier lugar y que pueden servir casi cualquier cosa. En ellas se puede comprar paninis (bocatas), pizza al trancho (trozos de pizza), cous cous con diferentes acompañamientos o arancines. ¡Por opciones que no sea!

¿Y qué es un arancine?

arancinesUn arancine desde fuera podría ser como una croqueta gigante. El formato más común es uno con forma como de gota, con una puntita arriba y una zona más grande y ancha debajo. Sin embargo también los hay más redondeados. Pero dentro no hay bechamel. Se parecen más a las bolas de carne, rodeadas de patata y rebozadas, solo que estas “bolas” llevan arroz  dentro en vez de patata (con azafrán y huevo, en principio). La verdad, es como si fueran raciones individuales de arroz con diferentes cosas, rebozadas y por tanto, transportables. Lo más típico es que estén rellenas de ragú (carne guisada con tomate o a veces, carne picada con tomate), de prosciutto (jamón con queso), de spinaci (espinacas con mozzarella) o al burro (con mantequilla y mozzarella). Y como la imaginación no tiene límites, hay muchas variantes además de los más típicos. La mejor comida trotera para los mediodías 🙂 Si los quieres probar visita El Malandrino.

Palermo: maremagnum

catedral palermo

Catedral de Palermo

Este viaje circular empieza y termina en Palermo, una ciudad que asusta un poco al verla por primera vez, más aun si se llega a la Stazione Centrale y es de noche, porque la falta de luz no deja ver bien los palazzos y chiesas (iglesias) increíbles y falta el ajetreo y bullicio del día, pero no impide ver la suciedad y el estado deplorable en el que están algunos edificios y calles. Además, el calor húmedo constante no ayuda, aunque uno se acaba acostumbrando. Por eso, y lo mismo recomiendo con Catania, no se debe uno dejar llevar por la primera impresión de estas dos ciudades, donde conviven muy íntimamente edificios destartalados y calles descuidadas con  bellos palazzos y chiesas (iglesias) y paisajes o rincones especiales y curiosos. Segun se van descubriendo, ofrecen una cara mucho más bonita y amable.

san cataldo y santa maria dell 'amiragglio

San Cataldo y detrás Santa María dell’Amiragglio

politeama palermo

Teatro Politeama

Como hay tanto, tanto, tanto, […], tanto que ver (unos 81 “reclamos” principales que visitar entre castillos, capillas, iglesias, catedrales, palacios, fuentes, monumentos, plazas, torres, villas, etc, más 25 museos y galerías de arte, 16 teatros y otros muchos más lugares, segun el mapa que nos dieron en la oficina de turismo) sin duda, hay que elegir. Depende de cuánto se quiera ver, uno se puede agobiar más o menos intentando llegar a todos lados o bien disfrutar de un tranquilo paseo y ver lo justo. Y esto es muy personal. Aunque hay que tener en cuenta que (casi) todo se paga.

Callejear siempre es una idea estupenda y de hecho, nosotros hicimos algunos recorridos caóticos que se pueden ordenar en un par de paseos interesantes en forma de cruz y que atraviesan la zona monumental principal:

quattro canti

Quattro Canti

Cogiendo la calle Maqueda desde la Stazione Centrale y siguiendo hacia adelante, se pueden ver las bonitas chiesas de San Cataldo, Santa Caterina y Santa Maria dell’Amiragglio cerca de la Fontana Pretoria. Después se pasa por los Quattro Canti y de allí nos acercamos al teatro Massimo en la Plaza Giusseppe Verdi. Más adelante, se puede ver el teatro Politeama y si se quiere andar más, recto se llega al Giardino Inglese (por su estilo de Jardín Inglés). *Nota glotona: entre ambos teatros, desvíate por la pequeña calle de G. Battista Guccia y visita el Prezzemolo, un ultramarinos donde venden rico queso entre otras cosas ricas. Las señoras te mandan allí, por algo será. De vuelta, se puede hacer una de estas rutas (o las dos) para acabar tranquilamente sentado en un parque:

  • Torciendo a la izquierda en los Quattro Canti y de camino al puerto, pasando la Via Roma y al desviarse otra vez hacia la izquierda se accede a la zona del mercado de la Vucciria, donde se pueden comprar diferentes cosas de comer. Volviendo a retomar la Via Vittorio Enmanuelle y hacia el puerto se pasa por la Porta Felice. Aquí se puede contemplar el mar mientras se pasea por el Foro Italico. Después, volviendo hacia Vittorio Enmanuelle y desviándose por la Salita della Intendenza se llega a Villa Garibaldi con sus enormes magnolios.
  • Si no, torciendo a la derecha en los Quattro Canti llegamos a la Catedral. De ahí se puede (comprar un helado con brioche e) ir a Villa Bonanno (a comerlo) mientras se contempla el Palazzo dei Normanni. Si no has visto la Capilla Palatina y te apetece, está allí mismo.

Para cenar, aunque en realidad nosotros no lo hicimos de esta manera, hay alternativas muy interesantes. Si has acabado en Villa Bonanno, nuestra guía verde Michelín nos recomendaba ir al Gusto Divino, que tenía muy buena pinta pero al que no fuimos, porque nos alojábamos más cerca de la Stazione Centrale. Por otro lado, si el recorrido termina en Villa Garibaldi una buena opción es ir a la Trattoría da Totó o al Enzo, a los que sí fuimos, el primer día y el último, y que son además una opción mucho más económica.

Trattoría da Totó

⇒Via Coltellieri 5

Un lugar único desde luego. Hace honor a la definición de trattoria totalmente. A un lado de una plaza llena de humo, en la que por el día ha habido puestos de pescado y por la noche colocan un tenderete en el que preparan brochetas a la plancha (con las que hacen distintos bocatas y donde hay una buena cola) por un lado, y una barra improvisada en la que sirven bebidas por otro, una terraza con unas siete mesas que casi siempre está llena y un colorido cartel con un menú escrito a mano, corto pero conciso, colgando en la esquina, guardan la entrada a esta trattoria. Situémonos…

Te sientas y una guapa camarera en chándal te trae el menú, a su ritmo. Tiene cara de mal humor. Por la calle pasan niños chillando y jugando a tu lado. Chicos adolescentes pasean por delante de la trattoria, hablan con la camarera, los niños, el de la barra de bebidas. Uno de ellos pasa con la moto, presumiendo. trattoria da totoEn el menú, platos de pasta de primero, pescado a la plancha o frito y ensaladas. Elegimos pasta all’arrabiata y el pescado a la plancha que comen los de al lado. Mmmmm. Calamar grandote, langostinos y pez espada. El frito lleva sardinas, calamares y langostinos. Mejor pez espada, que es muy típico. Upppsss. Se nos ha olvidado pedir las birras y la camarera no sale de dentro de la trattoria. Entro y en la pequeña estancia que recoge unas seis mesas hay un hombre que cena solo, me mira y encoge los hombros. Ya vendrá, tranquilidad. Justo antes estaba otra chica que cenaba en la terraza pidiendo otra cosa, pero la camarera ha desaparecido y se toma su tiempo para volver a salir. Cuando sale le pido las cervezas en un italiano poco convincente pero eficaz: due birra. No hay confusión posible, menos mal. Salgo y en un instante nos trae las birras y el pan. Genial. Y las birras son… de 66 cl!! WOW! Seguimos contemplando la escena que transcurre delante nuestro, en la calle. El chico que estaba en la moto nos trae la cena. Eh? ¡Jajajajaja! Probamos la pasta all’arrabiata, que solo lleva espaguetti y una salsa de tomate natural aplastado (o eso creo yo). Impresionante. Pasta al dente, tomate natural rico rico, de temporada, y una salsa de pescado y/o marisco, picante, son los componentes de esta arrabiata increíble. Devoramos. Pasamos al pescado que está muuuuy bueno, es fresco sin duda, pero no sorprende tanto como la pasta. Mientras, una de las niñas que jugaba vuelve llorando, algo le ha pasado. En la trattoria se desata la ira y el chico de la moto y la camarera (ahora es evidente que son hermanos, el chico es tan guapo como la chica y sus rasgos son casi idénticos) van hacia un puesto que no vemos y parecen increpar a alguien. Un rato de discursión y vuelta a la trattoria. Las niñas se sientan en una mesa que hay cerca nuestro y ha quedado libre, aunque tienen que levantarse pronto porque vienen más clientes. Nosotros mientras hemos acabado con el pescado delicioso y con las birras (mira que bebo despacio, pero con el calor que hace me he bebido más de medio litro sin enterarme). El chico de la moto se sube a ella para recorrer tres metros, hasta la barra de bebidas, y hablar con un amigo. Un espresso para terminar y la camarera al traerlo, de repente, sonríe. Se ilumina el mundo. Pedimos la cuenta. Son 24 euros los dos. Nos vamos más agusto que un arbusto.

Enzo

⇒Via Maurolico 17 – 19

Muy cercano a nuestro hotel y con buenas recomendaciones, el último día en Sicilia nos fuimos a cenar a este restaurante pequeño y lleno hasta las trancas. Se notaba que era un restaurante de barrio, donde se juntaban para cenar grupos de abueletes y abueletas o familias enteras con sus abueletes y/o abueletas. Eso siempre me parece una referencia interesante a la hora de elegir (más sabe el diablo por viejo que por diablo). enzoTiene una buena carta, pero también lo que llaman menús turísticos por 10 y 15 euros, uno de carne y otro de pescado respectivamente, que son una buena opción para comer cantidades abundantes a buen precio. Estos menús constan platos de pasta de primero y segundos a base de carne o pescado, segun el menu elegido. Optamos por probar estos últimos a pesar del nombre tan poco sugerente, ya que en realidad lo que más queríamos era un último fantástico plato de pasta (estaba tan buena siempre…) y yo personalmente, pez espada, de despedida. Por eso no merecía la pena tomar nada de la carta teniendo lo que queríamos a tan buen precio. De todas formas los platos que vimos, tanto en la carta como en las mesas, tenían un aspecto impresionante (una montaña de mejillones enteros sobre un plato de espaguetti, por ejemplo). Eso si, no esperábamos unos platos tan enormes…  Entre los primeros de carne escogimos una clásica pasta boloñesa (que será típica, pero es diferente a la de casa en cada lugar y siempre está meravigliosa) y entre los de pescado, una pasta marinera con gambas y calabacin (que fue un acierto total). De segundo, chuletas de cerdo (sabrosa y bien preparada) y pez espada, claro (jugoso y fresco), que se podían acompañar de ensalada de tomate, patatas fritas, patatas hervidas, etc. En verano la ensalada de tomate es imprescindible y los tomates en Sicilia siempre estaban espectaculares asi que… Al final acabamos llenos a rabiar, pero con muy buen sabor de boca.

Monreale: mare mía!

Fuera de Palermo pero justo al lado se encuentra Monreale. Oyes en todos lados decir de su catedral que es impresionante, que hay que ir, que es muy bonita, que es imprescindible… pantocratorYo reconozo que no esperaba lo que fue y desconfiaba de tanto comentario alagüeño, pero sí que es espectacular. Y distinta: una catedral normanda fusionada con estilo árabe (ya se intuye que es exótica). Al parecer es muy similar a la Capilla Palatina de Palermo pero a lo grande (por eso creo que no merece la pena visitar ambas). Si se va a ver el claustro hay que decir que es muy agradable (con esa sensación de calma que transmiten los claustros) pero contiene además una serie de columnas que es interesante investigar. Si se tiene (y si no se consigue) una explicación de las representaciones de las diferentes columnas se puede convertir la visita en un juego. escenas bibliY si no, siempre se puede simplemente (ad)mirarlas, que lo merecen. Después, la catedral en sí. Por cierto, como en otros muchos sitios de la isla, hay ir bien tapadita para entrar (cosa dificil con 35 grados fuera) porque si no, te harán pagar por unas batas blancas de usar y tirar para que te las enrosques en las piernas o te cubras el pechugamen si enseñas más de lo debido ¬¬ (*nota práctica: llevar siempre en el bolso un fular grandote). Al entrar se me quedó esta cara de OMG/WTF. Además de grande (lo esperado) era dorada (muy dorada) y en lo alto alrededor de la nave central estaban representadas enormes escenas bíblicas. Además, presidiendo todo ello estaba el cristo (pantócrator, “todopoderoso”) enorme, con el mismo estilo de mosaico de las escenas bíblicas que le daba a todo una apariencia como de cómic. Aquí un pequeño Juan Bautista (“el bautis”) cristillo (este no era pantócrator) de la nave lateral:

- ¡Eh, tíos! Que yo ya era un hipster modernaca antes que vosotros

– ¡Eh, tíos! ¡Que yo ya era hipster modernaca antes que vosotros!

Trapani y Erice: mare e montagna

Aunque parezca que no merece la pena, salir del ajetreo de Palermo y recalar en Trapani es una gran idea. trapani gaviotasTrapani es uno de esos lugares tranquilos y estupendos donde relajarse y no hacer nada más que sentarse en una roca y mirar el mar. No se trata de ver monumentos, iglesias o catedrales, se trata de pasear, sentarse, tomar  algo. Si se puede, hay que pasar por el mercado de pescado y ver los enormes peces espada y todos los pececillos raros que hay en las cajas mientras los hombres publicitan su mercancía a golpe de berrido y bromas. Además, un buen baño con ese calor siempre apetece y hay varios lugares para ello. Metiéndose por los rincones se encuentran algunos… Otra opción, si se tiene tiempo, es ir a las Égadas cogiendo uno de los muchos barcos que van hacia allí desde Trapani.

castillo erice

Castillo de Erice

Por otro lado, la atracción de este lugar reside además en que está al lado de Erice, “una ciudad histórica con una paisaje único” como lo describe la guía. Muy de acuerdo. Es una bonita ciudad medieval con cuestas arriba y abajo, unas vistas estupendas y una concentración importante de monumentos que visitar. Se puede llegar en bus o en funicular (este último es más caro, 9€ ida y vuelta, pero también más rápido y espectacular). En este pueblo de montaña al lado del mar hubo un templo dedicado a Venus y una fortaleza normanda con varias iglesias y monasterios. Ahora se pueden visitar la Chiesa Matrice, el campanario, el Castello di Venere (castillo de Venus porque se edificó justo encima del antiguo templo, no es el Castillo de Erice, ojo), la plaza Umberto I o el convento di San Salvatore, entre otras cosas. Las visitas individuales a la iglesia, el campanario o el convento cuestan 2 € cada una, por eso una buena opción es coger un bono que cuesta 5 € y con el que se pueden visitar el Real Duomo (la Chiesa Matrice), la Torre di Re Federico (campanario), el convento di San Salvatore y además, San Martino, San Giuliano y San Giovanni, tres iglesias más. El castillo de Venus si se quiere visitar es bastante más caro (10 € aprox). Pasear por el pueblo, acercarse a los miradores para contemplar las vistas y tomarse una buena Moretti para refrescarse antes de bajar a Trapani a cenar es un planazo 😉

Le Mura

⇒Viale delle Sirene 15/19

Se podía cenar en muchos lugares en Trapani. Ante la duda, andamos y andamos hasta que llegamos a la puntita de la península mientras atardecía. trapani puesta solPor alli encontramos un par de restaurantes y elegimos Le Mura, un restaurante al lado de la muralla que elabora comida típica pero con un poco de imaginación y creatividad.

En este caso, existía un menú degustación por 19 €,  el camarero consultó con el chef cuál sería el de esa noche y nos pareció perfecto. Eso si: lo que nosotros entendemos por menu degustación, es decir, muchos platos pequeños, no era aplicable aquí. Eran muchos platos de tamaño normal. ¿Bacanal? Bastante. Lo bueno es que tomamos especialidades que de otra manera no hubiéramos probado. Para empezar, antipasti compuesto de: panelle (lo negro que parece carbón, no está quemado sino que está teñido con tinta de calamar, sabroso y tierno), gambitas cocidas con mayonesa, caponata di melanzane (más como un encurtido fresco que como un guiso) y un pequeño arancine en un cucurucho de papel. Después, platos enormes de pasta con le sarde (con pan rallado, pedacitos de sardina, piñones, anises… un sabor muy original) y couscous al pesce (acompañado de una salsa de marisco intensa). Y aun quedaban los segundos. Uno era pez espada (♥) y el otro lo que nos definieron como “unos pequeños pescaditos típicos de la zona, fritos”. Resultó ser otro cucurucho de papel lleno de ¡diminutos chopitos! Muy ricos, pero es imposible comerse todos. Además, tomamos una copa de un vino blanco estupendo, del que solo leí Bianco Maggiore, pero después viendo la botella estoy casi segura de que era un Cantine Rallo Bianco Maggiore Grillo de 2013. Cenamos muchísimo y hasta dudé de que el precio pudiera ser de 19 euros por tanta comida (sin vino), pero así fue. Y encima, estupenda.

Le Mura

Y aun quedaban Agrigento, Catania, el Etna, Siracusa, Taormina y Cefalú… Pero eso en el siguiente post, que por hoy ya ha sido suficiente 😉

Información práctica: moverse por Sicilia

Si se elije (como hicimos nosotros) el transporte público como opción para moverse por la isla, cosa que recomiendo si:

  • No te gusta mucho conducir o te estresas fácilmente al volante (el tráfico es “no apto para todo el mundo” en Sicilia)
  • Quieres gastar menos (moverte en coche alquilado sale más caro)
  • Quieres ver lo indispensable (me refiero a que llegar a los pequeños pueblos o calas es complicado con esta opción, no así las grandes ciudades o lugares más destacados)
  • Tienes tiempo y vas con calma (el transporte público es más lento que el coche)

es bueno saber que:

  1. Una vez se llega al aeropuerto de Punta Raisi/Falcone e Borsellino se puede ir hasta la Stazione Centrale de Palermo en tren o en bus (Prestia e Comandè). Ambos tardan unos 50 minutos y cuestan parecido (el tren algo menos, pero alrededor de 6 €).
  2. Cogiendo un bus desde Palermo y hacia el suroeste se llega a Trapani en algo menos de 2 horas (con la compañia Segesta/Interbus, recorrido que no aparece en la web de la compañia pero que existe) saliendo de la estación de bus al lado de la Stazione Centrale de Palermo, por 8.60 €.transporte

    Ci vediamo!