Arancine(ma) Paradiso. Segunda parte

Siguiendo con el viaje por Sicilia, tras terminar en Trapani seguimos camino hacia Agrigento, en el interior…

Agrigento

Agrigento es una pequeña ciudad del interior cuyo centro básicamente consta de una calle recta y larga que atraviesa un bonito casco medieval. CONCORDIAEntorno a esta calle central surge una maraña de callejas, callejuelas y callejones que suben y bajan. Aunque no es este el interés principal que despierta esta ciudad. A tiro de piedra de Agrigento (se puede llegar en autobús urbano), en las afueras, encontramos uno de los tesoros (Patrimonio de la Unesco) más importantes de la isla: el Valle de los Templos, un impresionante conjunto arqueológico griego. RUINASLa entrada cuesta 10 € y por ese precio además de un bonito paseo entre olivos, higueras y almendros podemos ver algunos de los templos mejor conservados de la antiguedad, como el templo dórico de la Concordia. Además allí están el templo semiderruido de Hera, el colosal templo de Zeus (del que apenas quedan algunas piedras pero que permite hacerse a la idea de lo increíblemente enorme que era), una necrópolis paleocristiana y una zona para realizar hecatombes, entre otros. Muy completo.

De vuelta en Agrigento, me parece interesante visitar Santa Maria dei Greci, una iglesia ortodoxa medieval edificada sobre un templo del siglo V a.c. Aquí encontramos además uno de los alojamientos con más encanto de todo el viaje, el Piccolo Gellia. La entrada de este hotelito familiar regentado por una simpática pareja está oculta en una callecita estrecha de apenas 2 números, escondida entre las paredes, tanto, que preguntamos y nadie la conocía. picollo gelliaEl lugar hace que uno se sienta como en casa, con bonitas habitaciones y decoración vistosa, y unos anfitriones de lo más atento. Nada más llegar, un chico tímido asomó a la puerta, a la que llamamos un rato ya que olvidamos avisar de la hora de llegada (upppsss!). Enseguida se hizo entender para ver en qué idioma nos podíamos comunicar. Nosotros insistimos durante todo el viaje en que hablaran italiano porque podíamos entendernos más o menos, pero usaban el inglés continuamente. Esta vez no, cuando vió que el idioma indicado era el castellano llamó a su compañero, que tras una breve estancia en Barcelona y su habilidad personal hablaba castellano perfectamente. Seguido nos aportó toda la información de cada cosa que podíamos hacer, ver e investigar, en un teatro-presentación muy interesante y divertida en la que él explicaba y su compañero con gestos y mímica escenificaba la información. Fabulosos.

Ruga Reali (la arruga real*)

⇒Cortile Scribani 8

El Ruga Reali lo recomendaba nuestra querida guía, con “platos de inspiración campestre” y la posible compañía de actores de teatro que tras las actuaciones solían ir allí, según describía. La verdad es que la entrada por callejones y el aspecto de tasca nos hicieron quedarnos. RUGA REALIY eso que no habíamos visto el patio, donde cenamos, iluminado tenuemente entre casitas. Te atienden con calma y en ocasiones podíamos ver una camarera, un camarero y un perro sentados los 3 en fila en unas sillas contemplando a la gente que cenaba. Tomamos varias cosas: una ensalada de pulpo rica pero algo pequeña, unos spaguetti con ragú de pez limón o medregal (aun no he sabido traducir Ricciola exactamente, parece que en inglés es Amberjack Fish) muy buenos pero a los que habría echado un poco más de ragú, y un solomillo (Filetto, Vinello e Miele). Quiero hablar de éste último. Pero qué solomillo. Grande, tiernísimo (se cortaba como mantequilla con un cuchillo de ídem, para hacerse a la idea) y con unos trozos de queso curado fundido encima… se me hace la boca agua al recordarlo, ¡mmmm! Y bueno, el postre, un “ricottamisú”, la guinda.

*Mi traducción literal. Teorías inciertas: según este diccionario siciliano, “ruga” significa además de arruga, “per strada”, de la calle. ¿Todo junto podría ser “de la calle real”? La calle principal estaba al lado, quizás fuera la posada de la calle real antiguamente…

Info práctica:

Trapani-Agrigento 11.90 € y unas 3 h. En la cafetería de la estación de bus (al lado de Stazione Centrale) se compran los billetes de la compañía Lumia.

Catania

Catania, como Palermo, al ser una gran ciudad en un primer momento da una sensación algo deprimente y agobiante, con las calles ruidosas y los edificios desconchados. Pero al igual que en esta última, los rincones especiales y el movimiento de la ciudad hacen que enseguida encuentres el encanto…

Aquí pasamos cuatro días a modo de “campamento base” mientras nos movíamos por otros lugares, por lo que no vimos muchas cosas. cataniaAun así, la plaza del Duomo y la Fontana dell’elefante, la via Etnea y Villa Bellini (desde donde contemplar la ciudad y el Etna) y el Castello Ursino no nos los perdimos. La plaza del Duomo se abre desde la Via Etnea y es un poco el centro neurálgico de la ciudad: lo quieras o no, para ir a cualquier sitio casi siempre acabas pasando por alli (o muy cerca). Al lado está el mercado de pescado, que no vimos porque sólo abría por las mañanas, pero que todos dicen que merece la pena. elefanteDesde la plaza y a través del mercado, entre calles, se llega al Castello Ursino en cuya plaza cogimos la buena costumbre de tomarnos una Castello (claro) cada tarde al volver de la excursión diaria. Justo hacia el otro lado y tomando la Vía Etnea, la puerta de un parque aparece a nuestra izquierda: Villa Bellini. Este bonito lugar es sin duda un oasis en la ciudad. Palmeras, papiros, diferentes flores, elefantes hechos con guijarros por los caminos, un calendario vegetal y en lo alto un quiosco donde sentarse al atardecer y ver de qué humor está el Etna ese día. castello ursinoAdemás de Villa Bellini, existen también la piazza Bellini y allí mismo el teatro Bellini, hacia el este de la ciudad. Es una zona animada y resguardada donde tomarse una cerveza o un helado para refrescarse del calor. Finalmente, en la zona de la plaza de la República, día si y día también hay un enorme mercadillo donde comprar cualquier cosa, ¡incluso camisas a 1 €!

En Catania además decidimos investigar qué era aquello de los lidos. Los lidos son una fiesta continua de la mañana a la noche, zonas de playa (de pago) con animación, en resumen (aquí un ejemplo). lidoPero el nivel de privatización de las playas al que han llegado resulta ridículo, cuesta encontrar las zonas que llaman “libres”. Fuera como fuese, hacía calor y queríamos bañarnos, así que cogimos el autobús que llegaba a las playas. Paramos en un lugar al azar y ante la duda de si ir a un lido o no, nos metimos por el medio de dos a una de las zonas libres. Hay que comentar algo: los lidos son de pago y por tanto están cuidados, las zonas libres no tienen por qué. Nosotros llegamos a una muy sucia así que anduvimos por la orilla un buen rato hasta encontrar una zona libre y limpia. Sí señor, playa sin pagar (qué lujo ¬¬). Pasamos la tarde allí viendo cómo en un lido cercano un grupo de gente hacía algo similar al zumba, en una tarima con un profesor tipo “King África” rompiéndose en la pista, que a pesar de su peso se movía con una agilidad pasmosa. Wow.

Acqua o Linzolu

⇒Piazza del Duomo, Vicino Fontana Dell’ameno

Este restaurante se encuentra entre la plaza del Duomo y el mercado de pescado (cosa que es evidente porque aun tras haber limpiado, se sigue notando el olor). tagliatta di tonnoLlegamos aquí tarde y desfallecidos de hambre, ya que no nos daban de comer en ningún otro lado. Cogimos dos platos para compartir, unos spaguetti bolognesa (ricos) y una “tagliata di tonno“, algo que parecía una especie de tataki de atun y tenía muy buena pinta. Pero no nos gustó. El pescado en sí era un túnido, pero no atún, era más correoso y estaba crudo. Crudo total. Estaba sazonado con una mezcla de finas hierbas y le añadieron una salsa de limón dulzona. Mira que con las cosas poco hechas no tenemos problema, pero tuvimos que pedir que lo cocinaran más. Además, la mezcla de especias y limón nos supo a jabón y el sabor a pescado quedaba totalmente tapado por ellas. No me pareció una mezcla acertada, pero puede que sea cuestión de paladares.

Pasticceria Savia

⇒ Via Etnea 302/304 y Via Umberto 2/4/6

SAVIA COLLAGEEl ajetreo de esta pasticceria está justificado por la fama del local, que existe desde 1987. Pizzetas, arancines, fagottinis, cipollines y todo tipo de bollos y pastas rellenas que llegan de la cocina y desaparecen. Calientes y recién hechos, son una gran opción para las comidas troteras. Hay algunas mesas para comer en el local, pero es difícil conseguir una.

A putìa dell’ostello

⇒Piazza Curro 6

Una putìa en siciliano es una bodega. “La bodega del albergue” COLLAGE A PUTIAes en realidad el restaurante del Agorà Hostel. En una plazoleta, este restaurante tiene muchas mesas ya que se suele llenar: gente joven, familias, adultos, de todo. Los martes es la noche del cous-cous (y se llena a tope) y los domingos, la de la música.

Se pueden comer muchas cosas: ofrecen diferentes entrantes (hay uno que son una especie de montaditos con queso, tomate, ajo, verduritas, … sencillo y realmente bueno), ensaladas, pasta, primeros (los cous-cous son especialidad, el de carne es para morirse), pizzas, segundos (A putìa, con pechuga de pollo a la plancha, taboulé y patatas o verduras; polpettes de cavallo, es decir, albóndigas de caballo, con champis y tomates cherry salteados, que están buenísimas; polifemo, un plato combinado con una albóndiga, mozarella con tomate tipo capresse y cous-cous vegano) y postres. Todo muy rico y entre eso y el ambiente la verdad es que cenamos en este lugar todas las noches.

Info práctica:

Desde Agrigento a Catania se tardan como 3 h en bus y cuesta 13.40 € con la compañía Sais.

Etna

Cuando fuimos a Sicilia, el Etna había entrado en erupción apenas un mes antes. ETNAÍbamos con la esperanza de ver algo, pero nos quedamos con las ganas. Aun así, aprovechamos para ver el sitio. Hay muchas opciones de excursiones, andando más o menos, para recorrer el parque natural. Nosotros escogimos una en la que nos dábamos un paseo, veíamos varios cráteres, visitábamos un río de lava y nos explicaban detalles de las diferentes erupciones (cráteres en forma de “botón de camisa” por ejemplo). Esta alternativa es interesante y bonita, pero demasiado relajada. Sin embargo, al no tener coche queríamos una en la que nos llevaran. Tenemos claro que había mejores opciones y es que, a pesar de estar abajo a 40 grados, arriba la temperatura es perfecta por el viento fresco. Por eso creo que escoger excursiones de trekking con recorridos majos merece la pena, sin duda. En cualquier caso la excursión fue muy bonita y nos volvimos con miel de apicultores locales del Etna, por lo que hicimos la mañana 😉

Info práctica:

Para ir al Etna, se tenga coche o no, hace falta un guía, subir por cuenta propia puede suponer una multa. La oferta de empresas que te llevan allí, te dan un paseo, te hacen andar kilómetros, te montan un almuerzo, te dan charlas sobre vulcanología… es inmensa. Las hay de diferente duración, recorrido y contenido. No hay que ver sólo lo que se pueda encontrar en internet, allí mismo hay otras tantas opciones. Hay que tener claro primero qué se quiere hacer y con qué medios se cuenta, porque para llegar hasta allí hace falta coche. Si se puede, hay guías muy especializados que pueden hacer excursiones menos turísticas que la mayoría, como esta por ejemplo.

En el próximo post: Siracusa, Taormina y Cefalú!

Ciao!!