Elosta

elostaHoy hemos ido a probar el menú del día del restaurante/sushi-bar Elosta. Nos habían hablado muy bien de él y sabíamos que era más asequible ir entre semana al mediodía, así que hoy que podíamos escaparnos hemos mirado qué había en el menú semanal y no lo hemos dudado.

La verdad es que muchas veces habíamos pasado por delante de la puerta, nos habíamos parado a leer la carta, nos habíamos pasado 10 minutos sin saber qué elegir porque queríamos coger todo y al final habíamos seguido nuestro camino.

COLLAGETotal, que por fin lo hemos probado! Hemos ido sin reservar y nos han puesto en una mesita en el 3er nivel (tiene como 4 niveles o salas). En el menú había 4 primeros, 2 segundos y un postre. Hemos elegido por un lado ñoquis con calabaza, parmesano y rúcula y por otro sushi, de primero, y de segundo pescado del día con cous cous con verduritas y carrilleras con puré. El postre era el que era: mousse de chocolate y crumble. Sin objeciones, una sabia elección.

La verdad es que estaba todo riquísimo, todo todo. Bien presentado, raciones perfectas, buena materia prima…

  • Los ñoquis combinados con la rúcula creaban una gran combinación, cremosa y fresca por los noquis y la rúcula, suave por el queso y la calabaza y con un toque picante para romper por la pimienta.
  • El sushi estaba compuesto de 8 piezas: 4  uramakis de txaka, aguacate y Philadelphia y 4 makis de salmón y aguacate. Clásicos pero seguros y muy buenos.
  • El pescado del día era un lomo de merluza tierno y jugoso, echo en su punto, ni crudo ni seco, sobre una alioli negro y acompañado de una mermelada de cebolla y un cous cous con verduras. Totalmente atómica.
  • La ración de carrilleras inmensa, con unas carrillera tiernas y sabrosas y un puré que formaba una bola como simulando una patata, aromatizado con aceite de oliva y romero fresco. No sé, una cosa loca.
  • mafaldaPor último, el mousse. Sólo sé que mientras lo estaba comiendo no oía absolutamente nada de lo que me decían y durante esos 3 minutos si el mundo se ha parado y se ha desatado un holocaustro zombie yo sólo veía el mousse (me ha recordado a una viñeta de Mafalda). El chocolate tenía naranja así que era dulce y amargo y el crumble crujiente y el moussse ligero. Un equilibrio perfecto.

RINOPor si fuera poco hemos ido justo antes de que llegara todo el mogollón, así que hemos comido tranquilos y casi solos. Y ellas han sido encantadoras todo el rato, un gustazo la verdad. Además, la decoración es muy cálida, con sillas y mesas de distintos tipos, lámparas con rinocerontes y gallinitas Etelvina (de Pla, una web preciosa) en las paredes o peces de metal y micrófonos para decorar las mesas.

El pícaro

Después de un tiempo con la sección de recomendaciones abandonada voy con una que tenía muchas ganas de hacer. 995920_297695137044001_1539807500_nEn el barrio de Gros en Donosti hace ya un tiempo que abrieron un bar-restaurante italiano llamado “Malandrino” (algo así como pícaro o pillo) donde hacen unas pizzas deliciosas entre otras muchas cosas. Y en este caso el secreto está realmente en la masa, que preparan especialmente bien. Encima, los miércoles se pueden probar tranchos (trozos) de estas ricas pizzas a un muy buen precio: ¡solo 1 €! Y es que este bar hace pintxo-pote ese día, cosa que se agradece muy mucho a mitad de semana 😉 El precio normal son 2 €, si se toma crianza son 2.5 € y si se quiere tomar pizza nada más, que se puede, lo dicho, ¡a un euro! pizza-malandrino-donostia-san-sebastian-pizzeriaPor cierto, aquí también se puede tomar Aperol Spritz, una bebida veneciana. Para nosotros ir alli es ya es un hábito de cada semana, viendo como sacan palas y palas de pizza (grandes pizzas con forma rectangular como en la foto): diabola, de patata, de calabacín y berenjena, de jamón y aceitunas… Pero además, cualquier otro día de la semana uno puede tomar unas patatas al romero o unos riquísimos arancini (o arancine) de picoteo, una ensalada de pulpo con tomate estupenda, por ejemplo, o un plato de pasta o de risotto. Encima, los fines de semana se puede tomar un menu del día por alrededor de 15 €, con un primero, un segundo y un postre. El ambiente y el trato son muy familiares, la verdad es que da gusto. Bueno, bonito, barato: ¡perfetto!

La foto es de Kulturaldia bajo licencia Creative Commons CC BY 3.0 ES

La Madame

Ciertamente aquí no aparecerán imágenes de la comida, y es que una de las curiosidades de este lugar oculto en Donosti es que si dejas tu móvil en una cesta en la entrada te descuentan un 10% de la factura (el IVA vamos). Tranquilidad. Tuve la suerte de que el chef, el neoyorkino Kevin Patricio, fuera mla madamei profesor en un curso de cocina asiática del Basque Culinary Center y puedo decir que es pura creatividad. En la cena maridó diferentes vinos blancos y tintos, jereces y cervezas para cada plato que pedimos mientras nos explicaba cada uno y respondía a nuestras (interminables) preguntas con simpatía. ¿Qué recomiendo? El nigiri de foie hay que pedirlo sin duda, la tempura de gambas tiene fama y es adictiva y los dumplings son deliciosos, más aun regados con una cerveza fresca diferente de la tantas que hay en la carta. Y para terminar, recomiendo pedirse un cóctel ya que son especialistas. Si te quieres dar un homenaje, en este local con música ambiental y ambiente informal y que no es para nada el típico restaurante, te atenderán amablemente y comerás rico y de manera distinta.