Ciertamente aquí no aparecerán imágenes de la comida, y es que una de las curiosidades de este lugar oculto en Donosti es que si dejas tu móvil en una cesta en la entrada te descuentan un 10% de la factura (el IVA vamos). Tranquilidad. Tuve la suerte de que el chef, el neoyorkino Kevin Patricio, fuera mi profesor en un curso de cocina asiática del Basque Culinary Center y puedo decir que es pura creatividad. En la cena maridó diferentes vinos blancos y tintos, jereces y cervezas para cada plato que pedimos mientras nos explicaba cada uno y respondía a nuestras (interminables) preguntas con simpatía. ¿Qué recomiendo? El nigiri de foie hay que pedirlo sin duda, la tempura de gambas tiene fama y es adictiva y los dumplings son deliciosos, más aun regados con una cerveza fresca diferente de la tantas que hay en la carta. Y para terminar, recomiendo pedirse un cóctel ya que son especialistas. Si te quieres dar un homenaje, en este local con música ambiental y ambiente informal y que no es para nada el típico restaurante, te atenderán amablemente y comerás rico y de manera distinta.