La comida de Whatsapp

Estás hablando con tus amigos por whatsapp. Quieres quedar para tomar un pote y comerte una croqueta. Genial. Voy a poner el iconito de las cervezas… tac… y ahora una croqueta… uy, pues no hay croqueta …a ver a ver… esto mismo, que se parece… tac… y pones esa bola marrón con un cuadradito abajo que no sabes lo que es pero que se parece a una croqueta y no hay nada mejor. ¿A cuántos les ha pasado lo mismo? Los iconos de whatsapp se basan en actitudes, alimentos y conceptos asiáticos en su mayor parte (si, en el caso de la comida están la hamburguesa, la pizza y las patatas fritas, que no falten, gracias, ejem, ejem) pero no existen cosas como una croqueta, un chuletón , un pintxo de tortilla o siquiera, una cuña de queso. Y claro, nos apañamos con lo que hay y usamos (mal) los iconos existentes.

Si te gustaría saber qué son esas comidas raras que no sabes identificar, este es tu post.

Todo lo que siempre quiso saber sobre esos iconos de comida raros de Whatsapp y nunca se atrevió a preguntar…

dangosPDangos

Una cosa lleva a otra de la forma más tonta. En este caso, del ganchillo pasé a la comida en un salto. ICONOS WHATSAPPA mí me gusta hacer ganchillo y puedo decir que además soy autodidacta, usando algún libro y videos o instrucciones de internet. La cosa es que había decidido aprender a hacer amigurumis, así que empecé con lo más sencillo que pude encontrar: un dango de ganchillo. Estas bolitas con ojos me parecieron una monada, pero lo que no se me había pasado por la cabeza es que fueran… comida. El dango es una brocheta de bolitas de harina de arroz (mochis). Y si lo miráis bien… sí, es uno de esos iconos de comida misteriosos de whatsapp (concretamente un hanami dango). La otra brocheta que aparece, después de buscar y buscar y buscar y buscar y buscar, me lleva a dos opciones. La primera, que es también un dango, pero de otro tipo que no he podido identificar (aun). La segunda, que representa una brocheta de carne/pescado/etc de las tantas que se consume en China o Japón.

onigirisPOnigiri

onigiriEstas bolas de arroz (que hasta ahora habían sido croquetas) son onigiris. Los onigiris o omusubis son precisamente eso, bolas de arroz mezclado con otros ingredientes. Son triangulares u ovalados, de diferentes colores y se envuelven, a veces, con una tira de alga nori. Se rellenan de diferentes alimentos salados o ácidos, como ume (ciruela china), salmón, katsuobushi (escamas de atún seco, con el calor se mueven, casi “bailan” impresiona bastante la primera vez que lo ves), tarako (huevas de pescado, normalmente abadejo) o kombu (alga muy salada). Es un alimento muy típico para llevar en Japón. Ojo. No es sushi, a pesar del parecido. Antiguamente era llamado “tonjiki” y ya en el siglo XI hay escritos que hablan de personas consumiendo bolas de arroz. En realidad es un buen método para comer, transportar y conservar arroz, por lo que no es extraño que surgiera ya antaño como alimento base.

bentoPBento

BENTO Esta bandeja de comida se llama bento. Bento es una comida que se toma fuera de casa en una caja. El bento es clásicamente una bandeja de madera lacada con comida variada para llevar en su interior: arroz y/o sushi, carne/pescado/marisco/huevos, verduras y fruta. De ser una comida muy sencilla a base de arroz pasó cada vez a ser más sofisticada y hoy día el concepto de Bento conlleva todo tipo de alimentos y hay diferentes tipos (nombres) según el contenido. En realidad, diréis, “un recipiente donde meter comida elaborada en casa para poder llevarla al trabajo, colegio, etc” no es ni más ni menos que una tartera o tupper. Exactamente o al menos a eso ha evolucionado o más bien, los dos conceptos han confluído. La diferencia es que en Japón las cajas Bento existen desde hace siglos, desde al menos el periodo Kamadura (1185-1333) donde se usaba para transportar el hoshi-ii (arroz cocinado y secado). Luego, en el periodo Azuchi-Momoyama (1568-1600) se empezaron a producir las cajas de madera lacada que representan típicamente el Bento, y se usaban para comer en el hanami (florecimiento de los cerezos) o en la fiesta del té, es decir, en ocasiones especiales. Más tarde, en el periodo Edo (1603-1867) fue cuando se extendió su uso y se volvió algo más sofisticado, creándose bentos para viajeros, más sencillos, como el koshibento (con varios onigiris envueltos en hojas de bambú) o el makuno-uchi bento (bento de entreactos, para ver entre los actos del Noh o el Kabuki, dos tipos de teatros clásicos japoneses). Pero fue a partir de la llegada del ferrocarril durante el periodo Meiji (1868-1912), cuando su uso se hizo popular y se creó el ekibento (bento de la estación de tren, porque el primero creen que se vendió en una estación de tren) y luego ya lo empezaron a usar alumnos, profesores y trabajadores.

Si se mira un poco en la red, hay toda una cultura impresionante alrededor del Bento (ya llegará aquí y si no al tiempo) desde hace años, en la que no se trata simplemente de tener un tupper guapo. Cada uno tiene sus diferentes propiedades, características y/o accesorios. Los hay con dibujitos y muñequitos (más infantiles), los hay sofisticados y elegantes (más tradicionales, de madera o plástico pero sobrias y con decoraciones clásicas japonesas), de plástico microondables, herméticos y fashion, o con formas de animales, frutas o matryoshkas. Incluso los hay eléctricos para calentar la comida. Y, por supuesto, los accesorios para comprar aparte (cubiertos, palillos, bolsas de tela o bolsas rígidas) también están disponibles. WOW.

narutoP2Kamaboko (narutomaki)

Narutomaki No es un dulce, está hecho de pescado y se llama kamaboko (y este concretamente, con la espiral rosa en medio, se llama narutomaki).remolino naruto Aquí, el surimi se limita a imitar pescados caros, como las angulas, las cigalas o el chatka de cangrejo, pero en Japón es un mundo (de hecho, la comida en Japón es un mundo, las grandes compañías que buscan ideas nuevas van a Japón a buscar inspiración, porque allí la innovación alimentaria es increíble). Los kamabokos son como nuestros palitos de pescado pero en grandes, y normalmente con forma de un medio-cilindro: se suelen cortar rodajas que se consumen frías y con salsas o en sopas y tallarines. El narutomaki es una variación, que representa los remolinos de Naruto, que se forman en el canal entre las ciudades de Tokushima y Naruto. Curiosa historia, ¿no?

ramenPRamen

ramen Esta sopa de fideos es ramen. top ramenCasi seguro que todos hemos visto (y comido) más de una vez esos paquetes con fideos, un sobre de polvo concentrado de sabor X y, a veces, un sobre de aceite con sabor X. Es una versión barata y rápida de ramen, que no es más que sopa de fideos. La versión más elaborada y casera lleva caldo casero de carne o pescado, diferentes salsas, fideos, carne o pescado, verduras huevos, etc (e incluso, huevo de los 100 años). La de la foto, sin duda, es la de bolsa.

odenPOden o chanko nabe

oden Este guiso podría ser oden o chanko nabe. En el icono de whatsapp aparece una cazuela parecida a la de esta foto de oden, con calor saliendo de ella, por lo que parece un guiso. He visto fotos de chanko nabe en la misma cazuela, por lo que podrían ser ambas. El oden es un plato de invierno, un estofado tradicional cuyos  ingredientes varían según la región: verduras (konjac y rábano blanco), huevos, pescado, caldo de salsa de soja, mostaza japonesa, miso o tofu. El chanko nabe por su parte es la comida de… ¡los luchadores de sumo! Así que uno ya se puede imaginar el contenido calórico del plato, porque la finalidad del guiso es ganar peso. Se trata de un plato super-proteico a base de un caldo de pollo o katsuobushi y carne de pollo, pescado, verduras y/o huevos (normalmente se elabora con todo lo que hay por la cocina). en las competiciones de sumo sólo se hace de pollo, porque un rikishi (luchador de sumo profesional) siempre se debe mantener en dos piernas como un pollo, no en cuatro.

nigiriPNigiris

nigiri Los nigiris creo que se ven bastante bien en los iconos, pero por si alguien no sabe aun lo que son o no los reconocía en el icono, lo he metido aquí. El nigiri es el representante más simple y sencillo del sushi. Típicamente consta de una bola de arroz glutinoso mezclada con vinagre de arroz y amasada dándole forma como de croqueta, encima de la cual de pone una porción de pescado crudo o sashimi, sin alga nori. Aunque también los hay con pescado cocinado (tataki) o incluso con foie, como ya comentaba en el post de La Madame). En la foto se ven nigiris de salmón aunque es muy típico el de atún rojo, delicioso y en peligro de extinción…

La foto de los remolinos de Naruto es de dominio público

La foto de Oden es de Bohnenhase bajo licencia CC BY-NC-SA 3.0

Las foto del Bento y del Onigiri son de Wikipedia Commons bajo licencia CC BY 2.0

La foto del Ramen es de kamknows bako licencia CC BY-NC-SA 2.0

Las foto del Dango, del Nigiri y del Kamaboko (narutomaki) son de wikipedia commons bajo licencia CC BY-SA 3.0

Come Lola come: Berlín (V)

Puede que acabáramos el tercer día empachados, pero nuestra gula es infinita. Y qué mejor forma de demostarlo que empezando el cuarto día con un desayuno de los que hacen historia.

Breakfast at Jooseppi´s

Brunnenstrasse, zona límite Mitte y Prenzlauer Berg

joosepiYa teníamos ganas de ir a Raja Jooseppi, un restaurante en nuestra calle del cual sólo se veía un pequeño cristal y la puerta y que, por las noches, se veía medio iluminado con velitas. Tenía un aspecto de lo más acogedor. Además, habíamos mirado la carta y todo parecía delicioso. Por cierto, con ese nombre pensámos en un principio que sería hindú, pero en cuanto vimos la carta quedó claro que no: eran platos elaborados de nueva cocina. Como al final el día anterior no cenamos allí porque no era momento de comer tanto, decidimos que desayunaríamos en Raja Jooseppi. Además, habíamos visto un cartel con una oferta interesante en la puerta. Resultó que cuando entramos, ni el local era tan pequeño (se extendía hacia la derecha haciendo una L hacia una habitación grande y luminosa, donde desayunamos), ni era sólo restaurante (también hotel), ni existía la oferta de desayuno que habíamos visto porque era para otro día de la semana. No problem, seguía siendo acogedor y la chica que nos atendió nos dijo que había muchos tipos de desayunos para elegir. Perfecto. Y ciertamente, la carta era infinita: desayunos de diferentes países y tipos ya creados (desayuno inglés, alemás, etc) y además con posibilidad de elaborar uno mismo su propio desayuno utilizando todas las combinaciones habidas y por haber. No nos complicamos y pedimos dos desayunos ingleses para compartir entre 4, con huevos, bacon, salchichas (pequeñitas con hierbas), alubias y tomate a la plancha. Delicioso. El precio rondaba los 7 € por desayuno, pero lo merecía. Luego además pedimos café, nuestro combustible indispensable.

Comida momificada

Neues Museum, Isla de los Museos, Mitte

La_cour_égyptienne_(Neues_Museum,_Berlin)_(6098970799)Tras el desayuno, fuimos al Museo Nuevo (Neues Museum) ya que queríamos aprovechar el pase de transporte “Isla de los Museos” que habíamos cogido. Desgraciadamente, el tenerlo no nos evitó la cola para entrar porque había que pagar un poco más, cosa que no sabíamos. En fin, el museo lo merecía. Todo lo que tiene que ver con Egipto nos gusta mucho por lo que ir allí en concreto nos apetecía bastante, ya que es el museo de prehistoria, historia antigua y Egipto. Al final entre esperar la cola y ver el museo se nos pasó la mañana. Vimos momias, todo tipo de figuritas y cachibaches, estatuas y enterramientos. Lo de los sarcófagos era realmente curioso. En una misma sala había varios sarcófagos egipcios y justo al lado otros enterramientos más rudimentarios, todos con la misma finalidad, sólo que unos eran elaboradísimos, con grabados y un trabajo impresionante y los otros no eran más que piedras colocadas alrededor del fallecido. Y ambos estaban hechos en la misma época. No es por nada pero los egipcios se lo curraban muchísimo más 😉. Luego vimos el famoso busto de Nefertiti (y justo en diciembre del año pasado se cumplían 100 años desde que lo hallaron). También vimos otras representaciones de los bustos de Akhenatón y Nefertiti, con esas cabezas alargadas que tanto han dado que hablar. Después, me pasé un buen rato mirando urnas llenas de anillos, pendientes, collares o especias. Soy de esas personas que se entretienen mirando plantas cuando va al monte o conchas en la playa (reminiscencias de un instinto de recolectora supongo) y además, bisutería y alimentos en los museos de historia. Me gusta pensar en las mujeres que llevaban las joyas y en cómo les quedarían, además de fascinarme lo elaboradas que eran. Y por supuesto, me encanta ver las comidas (momificadas claro), recetas, cacerolas, etc que hay en los museos para imaginarme cómo comían entonces. Había especias, panes,… hace poco había leído que los egipcios tenían incluso vasijas para desuerar el queso. Fantástico.

Happy noodles

Mitte

happynoodles2Bueno, y como la comida momificada no alimenta ni creo que esté muy buena, salimos a la calle a buscar un lugar para comer de verdad. Por cierto, fuera había una estatua en la que ponía Humpty Dumpty  y no conseguíamos recordar de qué nos sonaba ese nombre. Al final pedimos ayuda al móvil, que también decía que allí cerca había un restaurante asiático llamado Happy Noodles (con ese nombre nos calló muy bien), tan cerca que por lo visto debíamos estar ya dentro pidiendo la comida pero el caso es que no lo veíamos (esas trampas del teléfono). Estaba a la vuelta de la esquina. Comida rapida que nos entró muy bien y que estaba muy rica y a buen precio. Se podían pedir unas cajas con fideos, pollo y verduras por 2,6-3,6 € pero pedimos menús: uno de pollo crujiente y fideos, pato crujiente y fideos, otro con pollo teriyaki y arroz y el último con pollo en salsa de cacahuete y arroz. Además, el menu incluía sushi o sopa de primero (nosotros cogimos sushi)  y una bebida pequeña. Total, nos salió la comida por 31,60 € (recomiendo ver este gracioso vídeo que he encontrado del lugar y que lo explica todo muy bien, aunque el hombre tiene muchos problemas para comerse los fideos).

Un paseo por el comunismo

Museo RDA y alrededores y hacia Friedrichshain

DDR MuseumComimos y nos fuimos hacia el museo de la RDA que estaba al lado. En él se reproducían desde las casas de la época pasando por los coches, vestuario, televisión, jardines, costumbres, etc. rosaluxenburgTodo interactivo, podias abrir los armarios, mirar los libros e incluso sentarte en el sofá. Yo me entretuve un buen rato en la cocina, la verdad. Estaba muy bien, pero había mucha gente y es difícil intentar que 20 personas manoseen una sola cosa a la vez, además de que el calor humano se notaba demasiado allí y empezamos a achicharrarnos. marxengelsSalimos y visitamos a Marx y Engels un momento, antes de ir hacia Alexander Platz donde habíamos quedado con un amigo que vivía allí. Nos tomamos unas cervezas en un bar con palmeras falsas, donde creerías casi estar en el caribe si no fuera porque veías nieve a través de la ventana y porque los dueños y la camarera eran rusos. Después acompañamos a nuestro amigo, pasando por la estatua de Rosa Luxemburgo y nos dirigimos hacia Friedrichshain.

Pizza punk y pasta ska

Friedrichshain

karlmarxalleefarosAndamos un rato por la Karl-Marx Allee, que con sus dimensiones realmente impresiona, hasta llegar a dos edificios gemelos que son como dos faros. Allí torcimos y empezamos a adentrarnos entre callejuelas. Ya sabíamos que en ese barrio había ambientillo y se notaba porque había mucha gente joven. Nos tomamos algo cerca de Boxhagener Platz, “la Boxi”, en un bar oscuro donde el aire de los cigarros y la luz rojiza llenaban el ambiente. Salimos y no muy lejos vimos un restaurante italiano lleno de gente joven, así que entramos. El lugar se llama Il Ritrovo. Cucina Casalinga Popolare. Resulta que “casalinga” es ama de casa, y la “cucina casalinga” no es otra cosa que cocina casera. Desde luego, el sitio no es para gente remilgada: es un lugar “popolare” como su nombre indica. Ruidoso, está lleno de gente y la estética es mayoritariamente punk y con pintadas en las paredes (vimos algunas de Banda Basotti y Obrint Pas). De hecho, allí se suelen hacer conciertos habitualmente, como luego supimos. Pero eso si, tan “popolare” en el ambiente como en la comida: una pizzas impresionantes, una pasta realmente estupenda (pedimos boloñesa) y postres muy ricos (tiramisú delicioso). Y el vino si bien no era el más fino que habíamos probado desde luego entraba solo, así que nos fuimos contentos a dormir ;).

Foto del Neues Museum de Dalbera bajo licencia CC-BY 2.0

Come Lola come: Berlín (II)

Primer día en Berlín. Era domingo, y los domingos son día de mercadillo. Nosotros además estábamos a tiro de piedra de Mauerpark, que es uno de los clásicos y que tiene un poco de todo: muebles, ropa de segunda mano, ropa diseñada por gente joven (desde faldas y vestidos hasta bolsos y ropa de bebés), máscaras de gas y gorros rusos e incluso un hombre que, con latas de anchoas y velas hacía unos barquitos (pot-pot boats) que ponía a navegar en una vieja maleta llena de agua (su funcionamiento se explica muy bien en esta página). Curioso.

Bonanza Coffee Heroes y remolinos de amapola

Prenzlauer Berg

bonanzaBueno, lo primero es lo primero y había que desayunar, así que tratamos de encontrar una cafetería de la que nos habían hablado, el Bonanza Coffe Heroes, que estaba muy cerca de allí. Nos perdimos varias veces y, como vino siendo habitual durante esa semana, al final y después de dar mil vueltas resultó que estaba al lado del punto de partida. cafeterasLo primero que nos llamó la atención fue que NO HABÍA NADA DE COMER, sólo máquinas de café de diferentes tipos, una jarra de agua en una esquina y bolsas llenas de…¿café?. Bueno, pedimos cuatro cappuccinos y, en el laaaargoo rato que tardó en preparar esos cafés, curioseamos por la tienda. Las máquinas eran realmente interesantes, antiguas tostadoras o sistemas extraños, y las supuestas bolsas de café eran en realidad las cerezas del café, “cáscara” como le llamaban, que se aprovechaban para hacer unas infusiones clasificadas por los distintos orígenes. Los cafés fueron llegando de uno en uno, muy elegantemente servidos y muy bonitos (más tarde he descubierto que lo dibujos en la espuma no son simplemente chorraditas sino algo mucho más elaborado, el arte del latte o del café con leche, y eso explica que tardara tanto), pero nos dejaron un poco “tristes” sin un bollito que untar en ellos. El lugar es acogedor y el café está muy rico, pero es para otro momento, un café después de comer o a media mañana o tarde, un café tranquilo y sin gula. Así pues, nos fuimos a por un segundo café con bollo a un lugar cercano para llevárnoslo al mercadillo. Por cierto que los cafés ardían, así que hubo quien los metió en la nieve (que en esta ocasión nos vino bastante bien) para enfriarlos. Yo pedí un bollo que parecía de chocolate con glaseado, se llamaba monhstrudel, que se traduciría como “remolino de amapola” (otro clásico es el monhkuchen, pastel de amapola). coffeePodían ser semillas de amapola por el aspecto, pero el sabor no era ese en absoluto. Más bien se parecía al algarrobo aunque viendo que las recetas llevan miel (o incluso chocolate) no es de extrañar. La verdad es que estaba muy bueno y no empalagaba mucho puesto que el bollo era bastante neutro. Nos paseamos por Mauerpark con nuestros cafés calentitos y nuestros bollos deliciosos, y yo, lejos de comprarme ninguna curiosidad me tuve que hacer con: (A) Calcetines, que me había dejado así que aproveché para comprar unos bien abrigados y (B) Medias térmicas, para ponerme debajo de los pantalones porque estaba entrando en hipotermia. OJO. Las prisas no son buenas, compré mis fastuosas medias térmicas y cuatro puestos más allá las vendían a mitad de precio. NO APRESURARSE ANSIOSOS DEL SHOPPING. Total, salí bien equipada para escalar el Everest y bien timada.

Currywurst im Mauerpark

Prenzlauer Berg, mercadillo dominical

currymarxNuestro primer currywurst en Berlín lo tomamos en una terraza dentro del mercadillo, al lado de otro que vendía arenques asados y salchichas a la plancha. No parecía el mejor lugar, pero la verdad es que estaba riquísimo. Además, pedimos una ración enorme de patatas fritas con aspecto de caseras, y todo esto al solete (y por cierto, bajo la atenta mirada de Marx) fue un perfecto hamaiketako (almuerzo “de las 11”). tiendaretroPara no apalancarnos, nos levantamos y nos fuimos a pasear por Prenzlauer Berg, antiguo barrio obrero relativamente poco castigado por los bombardeos en la Segunda Guerra Mundial y que ahora se describe como “la aldea bohemia”. Encontramos tiendas que podríamos llamar “DDR-vintage” (y que eran prácticamente museos) y nos acercamos hasta la iglesia de Sión, que en otra época alojó a un cura disidente que murió en un campo de concentración. kissTambién pasamos por la panadería Hacker, que al parecer conservaba la esencia de la RDA pero que resultó estar cerrada. Y como este barrio estaba muy muerto nos acercamos hasta la East Side Gallery a ver uno de los besos más famosos de la ciudad. A pesar de estar lleno de gente y ser imposible de fotografiar sin nadie delante, Breznev y Honecker siguen morreándose desvergonzadamente. Más tarde, cruzamos el río por el Oberbaumbrücke, antiguo punto fronterizo entre el Este y el Oeste y uno de los puentes más bonitos de Berlín, hacia el barrio turco, Kreuzberg.

Pasta. Acercándonos al “mediterráneo”

Kreuzberg

Al otro lado, en el barrio más mediterráneo de Berlín, acabamos comiendo en un restaurante de la calle Falckensteinstraße en el que ponía en letras enormes PASTA (aunque no sé si realmente se llamaba así). Como su propio nombre indicaba, servía spaghetti, fusilli (espirales) o penne (macarrones) con diferentes salsas. En este pequeño local decorado con sencillez (mención especial merece el baño, una habitación intrigante, y el hecho de que tienen fotos de la comida, otra vez) donde uno está agusto y tranquilo, pedimos spaghetti con verduritas y mozarella, y fusilli con verduras y carne picada. Los platos eran enormes, no era nada caro y la verdad es que estaba todo delicioso. Nada estridente, sólo pasta bien hecha y acompañamientos frescos y ricos. oberbaumbruckeLo que no estaba nada rico era la bebida de moda, Bionade, que en realidad no engaña a nadie: no sabe a nada como su nombre indica, Bio-nada. Cogimos dos sabores para probar, Ingwer-Orange y Holunder, o sea, jenjibre-naranja y “anciano” (sea lo que sea eso), y lo mismo podrían haber sido de agua de borrajas porque no tenían apenas sabor ni sabían a nada identificable. Seguimos andando después de una buena sobremesa (la gente allí come y se va, en el tiempo que estuvimos fueron y vinieron tres tandas de personas), y llegamos a Friedrichstain, el barrio alternativo. Allí pasamos por Rigaerstrasse y sus casas okupas y buscando algo del sol acabamos en el Raw Tempel, un antiguo complejo de naves industriales que aparentemente albergan talleres, galerías, salas de conciertos, un cine al aire libre, una cafetería, una tienda de bebidas…y un bar al lado de una enorme pista de skate, en el que nos metimos para tomar una cerveza y entrar en calor. Estaba lleno de chavalitos y sus madres, que llenaban los asientos con las tablas y chaquetas de sus hijos así que estaba complicado sentarse. Entraban y salían adolescentes y niños, y hubiera sido interesante si dejaran pasar a la pista para echar un vistazo, pero había que pagar. En fin, entramos en calor, que era el objetivo, con unas cervezas (en botellín, no había cañas).

Fam Dang y Thai Ha: el ying y el yang

Zona Rosenthaler Platz, límite de Mitte y Prenzlauer Berg

ayuntarojoUn poco más tarde pasamos por Alexander Platz y el ayuntamiento rojo (que no es rojo en un sentido figurado, ya era de color rojo antes de ser el ayuntamiento del Berlín soviético) y al no ver ningún lugar apetecible para tomarnos otra cerveza nos acercamos a la zona de Rosenthaler que nos quedaba más cerca de casa. Al principio entramos en Fam Dang, un restaurante vietnamita que tiene al menos dos establecimientos en Berlín. Lo cierto es que no llegamos a probar la comida. Era aun pronto para cenar y lo que queríamos era beber algo antes. Vimos que dentro había gente bebiendo cerveza y té, sin comer, así que entramos. La camarera no sabía bien inglés, pero nos hicimos entender de sobra para pedir cervezas. Pedimos dos de medio litro para compartir entre cuatro, cosa que ya habíamos hecho antes porque esas cervezas sólo las venden en formato 50 cl, y una cada uno era una burrada. La chica empezó a hacer gestos y ruidos raros, nos puso mala cara y se fue refunfuñando. Luego vino otra que nos dijo que qué queríamos, le explicamos de nuevo, y nos dijo que ok. “¿Y de comer?” Aun nada, gracias. “Si no coméis no podéis estar aquí, podeis ir al bar de al lado. Adios. Gracias”. Así que no sé cómo sería la comida pero las chicas muy desagradables. Lástima, tenía buena pinta y la página web promete.

Enfadados nos fuimos a un bar cercano donde no había nadie y donde nos pusieron las mismas cervezas para compartir, sin problemas y más baratas. Es más, según la carta era la “Happy Hour” y teníamos Gin Tonic a 3.5 €…Precio diputado… En fin, porque no nos apetecía, que si no…Después buscamos un lugar para cenar. Como teníamos ganas de algo asiático y el Fam Dang nos había dejado con las ganas, encontramos cerca el Thai-Ha, un pequeño local de comida tailandesa para llevar, normalito. Perfecto, así esa noche cenábamos en casa tranquilamente. Bueno, en realidad tienen 3 o 4 mesas en el local, pero es pequeñito y suele llenarse, aunque no apetece mucho quedarse porque el sitio es un poco sucio y no muy bonito, con fotos de los platos (como no). Nos hizo gracia que en el cartel pusiera “100% glutamato free”, cuando la cocina asiática y el glutamato son los máximos exponentes del umami, por lo que parecen ir unidos. Pedimos una de las especialidades, Cari Xanh (curry verde) con pollo crujiente y pato crujiente. Estaba muy rico, pero picante a rabiar. También unos noodles con pollo y salsa de cacahuete (creo que era Phó Tron) que estaba aun más rico de sabor, pero los noodles no estaban para echar cohetes en cuanto a textura porque se quedaron pegados y apelmazados. Lo que está claro es que te tiene que gustar la comida picante, porque pica y ¡mucho! Menos mal que compramos un montón de cerveza…Total, 23 € entre 4 personas, comida abundante. A comentar: normalmente con una cena como esta, copiosa y picante, solíamos pasar mala noche pero sorprendentemente dormimos muy bien y nos despertamos con el estómago ready-to-go (de nuevo).