Elosta

elostaHoy hemos ido a probar el menú del día del restaurante/sushi-bar Elosta. Nos habían hablado muy bien de él y sabíamos que era más asequible ir entre semana al mediodía, así que hoy que podíamos escaparnos hemos mirado qué había en el menú semanal y no lo hemos dudado.

La verdad es que muchas veces habíamos pasado por delante de la puerta, nos habíamos parado a leer la carta, nos habíamos pasado 10 minutos sin saber qué elegir porque queríamos coger todo y al final habíamos seguido nuestro camino.

COLLAGETotal, que por fin lo hemos probado! Hemos ido sin reservar y nos han puesto en una mesita en el 3er nivel (tiene como 4 niveles o salas). En el menú había 4 primeros, 2 segundos y un postre. Hemos elegido por un lado ñoquis con calabaza, parmesano y rúcula y por otro sushi, de primero, y de segundo pescado del día con cous cous con verduritas y carrilleras con puré. El postre era el que era: mousse de chocolate y crumble. Sin objeciones, una sabia elección.

La verdad es que estaba todo riquísimo, todo todo. Bien presentado, raciones perfectas, buena materia prima…

  • Los ñoquis combinados con la rúcula creaban una gran combinación, cremosa y fresca por los noquis y la rúcula, suave por el queso y la calabaza y con un toque picante para romper por la pimienta.
  • El sushi estaba compuesto de 8 piezas: 4  uramakis de txaka, aguacate y Philadelphia y 4 makis de salmón y aguacate. Clásicos pero seguros y muy buenos.
  • El pescado del día era un lomo de merluza tierno y jugoso, echo en su punto, ni crudo ni seco, sobre una alioli negro y acompañado de una mermelada de cebolla y un cous cous con verduras. Totalmente atómica.
  • La ración de carrilleras inmensa, con unas carrillera tiernas y sabrosas y un puré que formaba una bola como simulando una patata, aromatizado con aceite de oliva y romero fresco. No sé, una cosa loca.
  • mafaldaPor último, el mousse. Sólo sé que mientras lo estaba comiendo no oía absolutamente nada de lo que me decían y durante esos 3 minutos si el mundo se ha parado y se ha desatado un holocaustro zombie yo sólo veía el mousse (me ha recordado a una viñeta de Mafalda). El chocolate tenía naranja así que era dulce y amargo y el crumble crujiente y el moussse ligero. Un equilibrio perfecto.

RINOPor si fuera poco hemos ido justo antes de que llegara todo el mogollón, así que hemos comido tranquilos y casi solos. Y ellas han sido encantadoras todo el rato, un gustazo la verdad. Además, la decoración es muy cálida, con sillas y mesas de distintos tipos, lámparas con rinocerontes y gallinitas Etelvina (de Pla, una web preciosa) en las paredes o peces de metal y micrófonos para decorar las mesas.

Arancine(ma) Paradiso. Segunda parte

Siguiendo con el viaje por Sicilia, tras terminar en Trapani seguimos camino hacia Agrigento, en el interior…

Agrigento

Agrigento es una pequeña ciudad del interior cuyo centro básicamente consta de una calle recta y larga que atraviesa un bonito casco medieval. CONCORDIAEntorno a esta calle central surge una maraña de callejas, callejuelas y callejones que suben y bajan. Aunque no es este el interés principal que despierta esta ciudad. A tiro de piedra de Agrigento (se puede llegar en autobús urbano), en las afueras, encontramos uno de los tesoros (Patrimonio de la Unesco) más importantes de la isla: el Valle de los Templos, un impresionante conjunto arqueológico griego. RUINASLa entrada cuesta 10 € y por ese precio además de un bonito paseo entre olivos, higueras y almendros podemos ver algunos de los templos mejor conservados de la antiguedad, como el templo dórico de la Concordia. Además allí están el templo semiderruido de Hera, el colosal templo de Zeus (del que apenas quedan algunas piedras pero que permite hacerse a la idea de lo increíblemente enorme que era), una necrópolis paleocristiana y una zona para realizar hecatombes, entre otros. Muy completo.

De vuelta en Agrigento, me parece interesante visitar Santa Maria dei Greci, una iglesia ortodoxa medieval edificada sobre un templo del siglo V a.c. Aquí encontramos además uno de los alojamientos con más encanto de todo el viaje, el Piccolo Gellia. La entrada de este hotelito familiar regentado por una simpática pareja está oculta en una callecita estrecha de apenas 2 números, escondida entre las paredes, tanto, que preguntamos y nadie la conocía. picollo gelliaEl lugar hace que uno se sienta como en casa, con bonitas habitaciones y decoración vistosa, y unos anfitriones de lo más atento. Nada más llegar, un chico tímido asomó a la puerta, a la que llamamos un rato ya que olvidamos avisar de la hora de llegada (upppsss!). Enseguida se hizo entender para ver en qué idioma nos podíamos comunicar. Nosotros insistimos durante todo el viaje en que hablaran italiano porque podíamos entendernos más o menos, pero usaban el inglés continuamente. Esta vez no, cuando vió que el idioma indicado era el castellano llamó a su compañero, que tras una breve estancia en Barcelona y su habilidad personal hablaba castellano perfectamente. Seguido nos aportó toda la información de cada cosa que podíamos hacer, ver e investigar, en un teatro-presentación muy interesante y divertida en la que él explicaba y su compañero con gestos y mímica escenificaba la información. Fabulosos.

Ruga Reali (la arruga real*)

⇒Cortile Scribani 8

El Ruga Reali lo recomendaba nuestra querida guía, con “platos de inspiración campestre” y la posible compañía de actores de teatro que tras las actuaciones solían ir allí, según describía. La verdad es que la entrada por callejones y el aspecto de tasca nos hicieron quedarnos. RUGA REALIY eso que no habíamos visto el patio, donde cenamos, iluminado tenuemente entre casitas. Te atienden con calma y en ocasiones podíamos ver una camarera, un camarero y un perro sentados los 3 en fila en unas sillas contemplando a la gente que cenaba. Tomamos varias cosas: una ensalada de pulpo rica pero algo pequeña, unos spaguetti con ragú de pez limón o medregal (aun no he sabido traducir Ricciola exactamente, parece que en inglés es Amberjack Fish) muy buenos pero a los que habría echado un poco más de ragú, y un solomillo (Filetto, Vinello e Miele). Quiero hablar de éste último. Pero qué solomillo. Grande, tiernísimo (se cortaba como mantequilla con un cuchillo de ídem, para hacerse a la idea) y con unos trozos de queso curado fundido encima… se me hace la boca agua al recordarlo, ¡mmmm! Y bueno, el postre, un “ricottamisú”, la guinda.

*Mi traducción literal. Teorías inciertas: según este diccionario siciliano, “ruga” significa además de arruga, “per strada”, de la calle. ¿Todo junto podría ser “de la calle real”? La calle principal estaba al lado, quizás fuera la posada de la calle real antiguamente…

Info práctica:

Trapani-Agrigento 11.90 € y unas 3 h. En la cafetería de la estación de bus (al lado de Stazione Centrale) se compran los billetes de la compañía Lumia.

Catania

Catania, como Palermo, al ser una gran ciudad en un primer momento da una sensación algo deprimente y agobiante, con las calles ruidosas y los edificios desconchados. Pero al igual que en esta última, los rincones especiales y el movimiento de la ciudad hacen que enseguida encuentres el encanto…

Aquí pasamos cuatro días a modo de “campamento base” mientras nos movíamos por otros lugares, por lo que no vimos muchas cosas. cataniaAun así, la plaza del Duomo y la Fontana dell’elefante, la via Etnea y Villa Bellini (desde donde contemplar la ciudad y el Etna) y el Castello Ursino no nos los perdimos. La plaza del Duomo se abre desde la Via Etnea y es un poco el centro neurálgico de la ciudad: lo quieras o no, para ir a cualquier sitio casi siempre acabas pasando por alli (o muy cerca). Al lado está el mercado de pescado, que no vimos porque sólo abría por las mañanas, pero que todos dicen que merece la pena. elefanteDesde la plaza y a través del mercado, entre calles, se llega al Castello Ursino en cuya plaza cogimos la buena costumbre de tomarnos una Castello (claro) cada tarde al volver de la excursión diaria. Justo hacia el otro lado y tomando la Vía Etnea, la puerta de un parque aparece a nuestra izquierda: Villa Bellini. Este bonito lugar es sin duda un oasis en la ciudad. Palmeras, papiros, diferentes flores, elefantes hechos con guijarros por los caminos, un calendario vegetal y en lo alto un quiosco donde sentarse al atardecer y ver de qué humor está el Etna ese día. castello ursinoAdemás de Villa Bellini, existen también la piazza Bellini y allí mismo el teatro Bellini, hacia el este de la ciudad. Es una zona animada y resguardada donde tomarse una cerveza o un helado para refrescarse del calor. Finalmente, en la zona de la plaza de la República, día si y día también hay un enorme mercadillo donde comprar cualquier cosa, ¡incluso camisas a 1 €!

En Catania además decidimos investigar qué era aquello de los lidos. Los lidos son una fiesta continua de la mañana a la noche, zonas de playa (de pago) con animación, en resumen (aquí un ejemplo). lidoPero el nivel de privatización de las playas al que han llegado resulta ridículo, cuesta encontrar las zonas que llaman “libres”. Fuera como fuese, hacía calor y queríamos bañarnos, así que cogimos el autobús que llegaba a las playas. Paramos en un lugar al azar y ante la duda de si ir a un lido o no, nos metimos por el medio de dos a una de las zonas libres. Hay que comentar algo: los lidos son de pago y por tanto están cuidados, las zonas libres no tienen por qué. Nosotros llegamos a una muy sucia así que anduvimos por la orilla un buen rato hasta encontrar una zona libre y limpia. Sí señor, playa sin pagar (qué lujo ¬¬). Pasamos la tarde allí viendo cómo en un lido cercano un grupo de gente hacía algo similar al zumba, en una tarima con un profesor tipo “King África” rompiéndose en la pista, que a pesar de su peso se movía con una agilidad pasmosa. Wow.

Acqua o Linzolu

⇒Piazza del Duomo, Vicino Fontana Dell’ameno

Este restaurante se encuentra entre la plaza del Duomo y el mercado de pescado (cosa que es evidente porque aun tras haber limpiado, se sigue notando el olor). tagliatta di tonnoLlegamos aquí tarde y desfallecidos de hambre, ya que no nos daban de comer en ningún otro lado. Cogimos dos platos para compartir, unos spaguetti bolognesa (ricos) y una “tagliata di tonno“, algo que parecía una especie de tataki de atun y tenía muy buena pinta. Pero no nos gustó. El pescado en sí era un túnido, pero no atún, era más correoso y estaba crudo. Crudo total. Estaba sazonado con una mezcla de finas hierbas y le añadieron una salsa de limón dulzona. Mira que con las cosas poco hechas no tenemos problema, pero tuvimos que pedir que lo cocinaran más. Además, la mezcla de especias y limón nos supo a jabón y el sabor a pescado quedaba totalmente tapado por ellas. No me pareció una mezcla acertada, pero puede que sea cuestión de paladares.

Pasticceria Savia

⇒ Via Etnea 302/304 y Via Umberto 2/4/6

SAVIA COLLAGEEl ajetreo de esta pasticceria está justificado por la fama del local, que existe desde 1987. Pizzetas, arancines, fagottinis, cipollines y todo tipo de bollos y pastas rellenas que llegan de la cocina y desaparecen. Calientes y recién hechos, son una gran opción para las comidas troteras. Hay algunas mesas para comer en el local, pero es difícil conseguir una.

A putìa dell’ostello

⇒Piazza Curro 6

Una putìa en siciliano es una bodega. “La bodega del albergue” COLLAGE A PUTIAes en realidad el restaurante del Agorà Hostel. En una plazoleta, este restaurante tiene muchas mesas ya que se suele llenar: gente joven, familias, adultos, de todo. Los martes es la noche del cous-cous (y se llena a tope) y los domingos, la de la música.

Se pueden comer muchas cosas: ofrecen diferentes entrantes (hay uno que son una especie de montaditos con queso, tomate, ajo, verduritas, … sencillo y realmente bueno), ensaladas, pasta, primeros (los cous-cous son especialidad, el de carne es para morirse), pizzas, segundos (A putìa, con pechuga de pollo a la plancha, taboulé y patatas o verduras; polpettes de cavallo, es decir, albóndigas de caballo, con champis y tomates cherry salteados, que están buenísimas; polifemo, un plato combinado con una albóndiga, mozarella con tomate tipo capresse y cous-cous vegano) y postres. Todo muy rico y entre eso y el ambiente la verdad es que cenamos en este lugar todas las noches.

Info práctica:

Desde Agrigento a Catania se tardan como 3 h en bus y cuesta 13.40 € con la compañía Sais.

Etna

Cuando fuimos a Sicilia, el Etna había entrado en erupción apenas un mes antes. ETNAÍbamos con la esperanza de ver algo, pero nos quedamos con las ganas. Aun así, aprovechamos para ver el sitio. Hay muchas opciones de excursiones, andando más o menos, para recorrer el parque natural. Nosotros escogimos una en la que nos dábamos un paseo, veíamos varios cráteres, visitábamos un río de lava y nos explicaban detalles de las diferentes erupciones (cráteres en forma de “botón de camisa” por ejemplo). Esta alternativa es interesante y bonita, pero demasiado relajada. Sin embargo, al no tener coche queríamos una en la que nos llevaran. Tenemos claro que había mejores opciones y es que, a pesar de estar abajo a 40 grados, arriba la temperatura es perfecta por el viento fresco. Por eso creo que escoger excursiones de trekking con recorridos majos merece la pena, sin duda. En cualquier caso la excursión fue muy bonita y nos volvimos con miel de apicultores locales del Etna, por lo que hicimos la mañana 😉

Info práctica:

Para ir al Etna, se tenga coche o no, hace falta un guía, subir por cuenta propia puede suponer una multa. La oferta de empresas que te llevan allí, te dan un paseo, te hacen andar kilómetros, te montan un almuerzo, te dan charlas sobre vulcanología… es inmensa. Las hay de diferente duración, recorrido y contenido. No hay que ver sólo lo que se pueda encontrar en internet, allí mismo hay otras tantas opciones. Hay que tener claro primero qué se quiere hacer y con qué medios se cuenta, porque para llegar hasta allí hace falta coche. Si se puede, hay guías muy especializados que pueden hacer excursiones menos turísticas que la mayoría, como esta por ejemplo.

En el próximo post: Siracusa, Taormina y Cefalú!

Ciao!!

Arancine(ma) Paradiso. Primera parte

El andén de una estación, una cerveza Moretti, un croissant relleno de Nutella y una “teta” (así hemos bautizado a esta especie de bollo suizo con sabor a azahar y con una bola de masa a modo de pezón). Un avión y una gaviota se cruzan en el cielo y parece que vayan a chocarse. Un anciano arrugado ríe divertido mientras intercambiamos cervezas: ¿Moretti o Messina? La Moretti siempre refresca más. Un hombre se sienta a nuestro lado, extraño y educado, hace una llamada y se vuelve a levantar. El eco del bar ruidoso, amortiguado por la puerta, se oye mezclado con el susurro de una mujer hablando en un idioma que no conozco, el tráfico a lo lejos y una tranquilidad maravillosa. Atolondrados por el sol de la tarde tras un rato de playa en Isola Bela, nos levantamos para subir al tren con destino a Catania. El Etna ha estado humeante hoy… ojalá haya otra erupción y la podamos ver esta noche. Antes de volver a Palermo. Antes de irnos de Sicilia.

Ahora que ha terminado el Zinemaldi y ha empezado San Sebastian Gastronomika con la invitada Italia: Norte vs. Sur, qué mejor momento para publicar este post. Un post sobre Sicilia para ir abriendo boca y un siciliano entre los ponentes, Pino Cuttaia de Licata, con sus retrúecanos sicilianos. Me he ido hasta allí y ella viene hasta mi. Aunque no es la misma experiencia. Igual que no es lo mismo una siciliana con pasta que pasta alla siciliana 😉

Y hablando del Zinemaldi… Cinema Paradiso, El Gatopardo o El cartero y Pablo Neruda son algunas de las películas más famosas rodadas en Sicilia, el “balón” que la bota italiana parece patear desde hace siglos y no llega a hacerlo por tan solo tres kilómetros. Sicilia, la Italia más meridional, separada del resto física y culturalmente presenta una idiosincrasia similar pero sin duda diferente a su vecina. Por algo la población de Sicilia se siente más siciliana que italiana. En el título de este post elijo la similitud con Cinema Paradiso, una película entrañable como entrañable me ha parecido Sicilia. Hay un fuerte contraste entre precioso y destartalado, calma y caos, sonrisas y ceños fruncidos, verde y marrón, alegría y tristeza. Y es todo ello lo que le da su encanto. Y los arancines… bueno, ahora hablaremos de los arancines (o arancinis). Basta decir que fueron la piedra angular culinaria del viaje, por comodidad y preferencia, aunque había mucho donde elegir. Y es que a la hora de comer existen varias alternativas posibles: hay ristorantes, pizzerias, trattorias, osterias, tavolas caldas,…

Un ristorante es el local digamos “formal”, para sentarse y comer tranquilamente, con servicio de mesa y que, en principio, será más caro que el resto. Las trattorías, cuyo nombre viene de “trattore” que significa ‘preparar’ son parecidos a los restaurantes pero más de andar por casa (lo que nos encanta), restaurantes familiares donde se sirve comida casera. Aunque segun la definición en la wikipedia son lugares donde no se sirve comida bajo un menú, por mi experiencia puedo decir que los había con y sin menu. Eso si, comparto lo del ambiente informal y relajado y lo de los precios bajos 😉 . Por otro lado están las osterias, muy similares  a las trattorias aunque con un espíritu más como de taberna, ya que en origen eran locales (posadas) donde se servía fundamentalmente vino y claro, algo de comida para acompañarlo. Por supuesto, tenemos pizzerias por doquier (que creo que no necesitan descripción) y por último, tavolas caldas. Las tavolas caldas (mesas calientes, literalmente) son pequeños locales de comida “rápida” que se pueden encontrar en cualquier lugar y que pueden servir casi cualquier cosa. En ellas se puede comprar paninis (bocatas), pizza al trancho (trozos de pizza), cous cous con diferentes acompañamientos o arancines. ¡Por opciones que no sea!

¿Y qué es un arancine?

arancinesUn arancine desde fuera podría ser como una croqueta gigante. El formato más común es uno con forma como de gota, con una puntita arriba y una zona más grande y ancha debajo. Sin embargo también los hay más redondeados. Pero dentro no hay bechamel. Se parecen más a las bolas de carne, rodeadas de patata y rebozadas, solo que estas “bolas” llevan arroz  dentro en vez de patata (con azafrán y huevo, en principio). La verdad, es como si fueran raciones individuales de arroz con diferentes cosas, rebozadas y por tanto, transportables. Lo más típico es que estén rellenas de ragú (carne guisada con tomate o a veces, carne picada con tomate), de prosciutto (jamón con queso), de spinaci (espinacas con mozzarella) o al burro (con mantequilla y mozzarella). Y como la imaginación no tiene límites, hay muchas variantes además de los más típicos. La mejor comida trotera para los mediodías 🙂 Si los quieres probar visita El Malandrino.

Palermo: maremagnum

catedral palermo

Catedral de Palermo

Este viaje circular empieza y termina en Palermo, una ciudad que asusta un poco al verla por primera vez, más aun si se llega a la Stazione Centrale y es de noche, porque la falta de luz no deja ver bien los palazzos y chiesas (iglesias) increíbles y falta el ajetreo y bullicio del día, pero no impide ver la suciedad y el estado deplorable en el que están algunos edificios y calles. Además, el calor húmedo constante no ayuda, aunque uno se acaba acostumbrando. Por eso, y lo mismo recomiendo con Catania, no se debe uno dejar llevar por la primera impresión de estas dos ciudades, donde conviven muy íntimamente edificios destartalados y calles descuidadas con  bellos palazzos y chiesas (iglesias) y paisajes o rincones especiales y curiosos. Segun se van descubriendo, ofrecen una cara mucho más bonita y amable.

san cataldo y santa maria dell 'amiragglio

San Cataldo y detrás Santa María dell’Amiragglio

politeama palermo

Teatro Politeama

Como hay tanto, tanto, tanto, […], tanto que ver (unos 81 “reclamos” principales que visitar entre castillos, capillas, iglesias, catedrales, palacios, fuentes, monumentos, plazas, torres, villas, etc, más 25 museos y galerías de arte, 16 teatros y otros muchos más lugares, segun el mapa que nos dieron en la oficina de turismo) sin duda, hay que elegir. Depende de cuánto se quiera ver, uno se puede agobiar más o menos intentando llegar a todos lados o bien disfrutar de un tranquilo paseo y ver lo justo. Y esto es muy personal. Aunque hay que tener en cuenta que (casi) todo se paga.

Callejear siempre es una idea estupenda y de hecho, nosotros hicimos algunos recorridos caóticos que se pueden ordenar en un par de paseos interesantes en forma de cruz y que atraviesan la zona monumental principal:

quattro canti

Quattro Canti

Cogiendo la calle Maqueda desde la Stazione Centrale y siguiendo hacia adelante, se pueden ver las bonitas chiesas de San Cataldo, Santa Caterina y Santa Maria dell’Amiragglio cerca de la Fontana Pretoria. Después se pasa por los Quattro Canti y de allí nos acercamos al teatro Massimo en la Plaza Giusseppe Verdi. Más adelante, se puede ver el teatro Politeama y si se quiere andar más, recto se llega al Giardino Inglese (por su estilo de Jardín Inglés). *Nota glotona: entre ambos teatros, desvíate por la pequeña calle de G. Battista Guccia y visita el Prezzemolo, un ultramarinos donde venden rico queso entre otras cosas ricas. Las señoras te mandan allí, por algo será. De vuelta, se puede hacer una de estas rutas (o las dos) para acabar tranquilamente sentado en un parque:

  • Torciendo a la izquierda en los Quattro Canti y de camino al puerto, pasando la Via Roma y al desviarse otra vez hacia la izquierda se accede a la zona del mercado de la Vucciria, donde se pueden comprar diferentes cosas de comer. Volviendo a retomar la Via Vittorio Enmanuelle y hacia el puerto se pasa por la Porta Felice. Aquí se puede contemplar el mar mientras se pasea por el Foro Italico. Después, volviendo hacia Vittorio Enmanuelle y desviándose por la Salita della Intendenza se llega a Villa Garibaldi con sus enormes magnolios.
  • Si no, torciendo a la derecha en los Quattro Canti llegamos a la Catedral. De ahí se puede (comprar un helado con brioche e) ir a Villa Bonanno (a comerlo) mientras se contempla el Palazzo dei Normanni. Si no has visto la Capilla Palatina y te apetece, está allí mismo.

Para cenar, aunque en realidad nosotros no lo hicimos de esta manera, hay alternativas muy interesantes. Si has acabado en Villa Bonanno, nuestra guía verde Michelín nos recomendaba ir al Gusto Divino, que tenía muy buena pinta pero al que no fuimos, porque nos alojábamos más cerca de la Stazione Centrale. Por otro lado, si el recorrido termina en Villa Garibaldi una buena opción es ir a la Trattoría da Totó o al Enzo, a los que sí fuimos, el primer día y el último, y que son además una opción mucho más económica.

Trattoría da Totó

⇒Via Coltellieri 5

Un lugar único desde luego. Hace honor a la definición de trattoria totalmente. A un lado de una plaza llena de humo, en la que por el día ha habido puestos de pescado y por la noche colocan un tenderete en el que preparan brochetas a la plancha (con las que hacen distintos bocatas y donde hay una buena cola) por un lado, y una barra improvisada en la que sirven bebidas por otro, una terraza con unas siete mesas que casi siempre está llena y un colorido cartel con un menú escrito a mano, corto pero conciso, colgando en la esquina, guardan la entrada a esta trattoria. Situémonos…

Te sientas y una guapa camarera en chándal te trae el menú, a su ritmo. Tiene cara de mal humor. Por la calle pasan niños chillando y jugando a tu lado. Chicos adolescentes pasean por delante de la trattoria, hablan con la camarera, los niños, el de la barra de bebidas. Uno de ellos pasa con la moto, presumiendo. trattoria da totoEn el menú, platos de pasta de primero, pescado a la plancha o frito y ensaladas. Elegimos pasta all’arrabiata y el pescado a la plancha que comen los de al lado. Mmmmm. Calamar grandote, langostinos y pez espada. El frito lleva sardinas, calamares y langostinos. Mejor pez espada, que es muy típico. Upppsss. Se nos ha olvidado pedir las birras y la camarera no sale de dentro de la trattoria. Entro y en la pequeña estancia que recoge unas seis mesas hay un hombre que cena solo, me mira y encoge los hombros. Ya vendrá, tranquilidad. Justo antes estaba otra chica que cenaba en la terraza pidiendo otra cosa, pero la camarera ha desaparecido y se toma su tiempo para volver a salir. Cuando sale le pido las cervezas en un italiano poco convincente pero eficaz: due birra. No hay confusión posible, menos mal. Salgo y en un instante nos trae las birras y el pan. Genial. Y las birras son… de 66 cl!! WOW! Seguimos contemplando la escena que transcurre delante nuestro, en la calle. El chico que estaba en la moto nos trae la cena. Eh? ¡Jajajajaja! Probamos la pasta all’arrabiata, que solo lleva espaguetti y una salsa de tomate natural aplastado (o eso creo yo). Impresionante. Pasta al dente, tomate natural rico rico, de temporada, y una salsa de pescado y/o marisco, picante, son los componentes de esta arrabiata increíble. Devoramos. Pasamos al pescado que está muuuuy bueno, es fresco sin duda, pero no sorprende tanto como la pasta. Mientras, una de las niñas que jugaba vuelve llorando, algo le ha pasado. En la trattoria se desata la ira y el chico de la moto y la camarera (ahora es evidente que son hermanos, el chico es tan guapo como la chica y sus rasgos son casi idénticos) van hacia un puesto que no vemos y parecen increpar a alguien. Un rato de discursión y vuelta a la trattoria. Las niñas se sientan en una mesa que hay cerca nuestro y ha quedado libre, aunque tienen que levantarse pronto porque vienen más clientes. Nosotros mientras hemos acabado con el pescado delicioso y con las birras (mira que bebo despacio, pero con el calor que hace me he bebido más de medio litro sin enterarme). El chico de la moto se sube a ella para recorrer tres metros, hasta la barra de bebidas, y hablar con un amigo. Un espresso para terminar y la camarera al traerlo, de repente, sonríe. Se ilumina el mundo. Pedimos la cuenta. Son 24 euros los dos. Nos vamos más agusto que un arbusto.

Enzo

⇒Via Maurolico 17 – 19

Muy cercano a nuestro hotel y con buenas recomendaciones, el último día en Sicilia nos fuimos a cenar a este restaurante pequeño y lleno hasta las trancas. Se notaba que era un restaurante de barrio, donde se juntaban para cenar grupos de abueletes y abueletas o familias enteras con sus abueletes y/o abueletas. Eso siempre me parece una referencia interesante a la hora de elegir (más sabe el diablo por viejo que por diablo). enzoTiene una buena carta, pero también lo que llaman menús turísticos por 10 y 15 euros, uno de carne y otro de pescado respectivamente, que son una buena opción para comer cantidades abundantes a buen precio. Estos menús constan platos de pasta de primero y segundos a base de carne o pescado, segun el menu elegido. Optamos por probar estos últimos a pesar del nombre tan poco sugerente, ya que en realidad lo que más queríamos era un último fantástico plato de pasta (estaba tan buena siempre…) y yo personalmente, pez espada, de despedida. Por eso no merecía la pena tomar nada de la carta teniendo lo que queríamos a tan buen precio. De todas formas los platos que vimos, tanto en la carta como en las mesas, tenían un aspecto impresionante (una montaña de mejillones enteros sobre un plato de espaguetti, por ejemplo). Eso si, no esperábamos unos platos tan enormes…  Entre los primeros de carne escogimos una clásica pasta boloñesa (que será típica, pero es diferente a la de casa en cada lugar y siempre está meravigliosa) y entre los de pescado, una pasta marinera con gambas y calabacin (que fue un acierto total). De segundo, chuletas de cerdo (sabrosa y bien preparada) y pez espada, claro (jugoso y fresco), que se podían acompañar de ensalada de tomate, patatas fritas, patatas hervidas, etc. En verano la ensalada de tomate es imprescindible y los tomates en Sicilia siempre estaban espectaculares asi que… Al final acabamos llenos a rabiar, pero con muy buen sabor de boca.

Monreale: mare mía!

Fuera de Palermo pero justo al lado se encuentra Monreale. Oyes en todos lados decir de su catedral que es impresionante, que hay que ir, que es muy bonita, que es imprescindible… pantocratorYo reconozo que no esperaba lo que fue y desconfiaba de tanto comentario alagüeño, pero sí que es espectacular. Y distinta: una catedral normanda fusionada con estilo árabe (ya se intuye que es exótica). Al parecer es muy similar a la Capilla Palatina de Palermo pero a lo grande (por eso creo que no merece la pena visitar ambas). Si se va a ver el claustro hay que decir que es muy agradable (con esa sensación de calma que transmiten los claustros) pero contiene además una serie de columnas que es interesante investigar. Si se tiene (y si no se consigue) una explicación de las representaciones de las diferentes columnas se puede convertir la visita en un juego. escenas bibliY si no, siempre se puede simplemente (ad)mirarlas, que lo merecen. Después, la catedral en sí. Por cierto, como en otros muchos sitios de la isla, hay ir bien tapadita para entrar (cosa dificil con 35 grados fuera) porque si no, te harán pagar por unas batas blancas de usar y tirar para que te las enrosques en las piernas o te cubras el pechugamen si enseñas más de lo debido ¬¬ (*nota práctica: llevar siempre en el bolso un fular grandote). Al entrar se me quedó esta cara de OMG/WTF. Además de grande (lo esperado) era dorada (muy dorada) y en lo alto alrededor de la nave central estaban representadas enormes escenas bíblicas. Además, presidiendo todo ello estaba el cristo (pantócrator, “todopoderoso”) enorme, con el mismo estilo de mosaico de las escenas bíblicas que le daba a todo una apariencia como de cómic. Aquí un pequeño Juan Bautista (“el bautis”) cristillo (este no era pantócrator) de la nave lateral:

- ¡Eh, tíos! Que yo ya era un hipster modernaca antes que vosotros

– ¡Eh, tíos! ¡Que yo ya era hipster modernaca antes que vosotros!

Trapani y Erice: mare e montagna

Aunque parezca que no merece la pena, salir del ajetreo de Palermo y recalar en Trapani es una gran idea. trapani gaviotasTrapani es uno de esos lugares tranquilos y estupendos donde relajarse y no hacer nada más que sentarse en una roca y mirar el mar. No se trata de ver monumentos, iglesias o catedrales, se trata de pasear, sentarse, tomar  algo. Si se puede, hay que pasar por el mercado de pescado y ver los enormes peces espada y todos los pececillos raros que hay en las cajas mientras los hombres publicitan su mercancía a golpe de berrido y bromas. Además, un buen baño con ese calor siempre apetece y hay varios lugares para ello. Metiéndose por los rincones se encuentran algunos… Otra opción, si se tiene tiempo, es ir a las Égadas cogiendo uno de los muchos barcos que van hacia allí desde Trapani.

castillo erice

Castillo de Erice

Por otro lado, la atracción de este lugar reside además en que está al lado de Erice, “una ciudad histórica con una paisaje único” como lo describe la guía. Muy de acuerdo. Es una bonita ciudad medieval con cuestas arriba y abajo, unas vistas estupendas y una concentración importante de monumentos que visitar. Se puede llegar en bus o en funicular (este último es más caro, 9€ ida y vuelta, pero también más rápido y espectacular). En este pueblo de montaña al lado del mar hubo un templo dedicado a Venus y una fortaleza normanda con varias iglesias y monasterios. Ahora se pueden visitar la Chiesa Matrice, el campanario, el Castello di Venere (castillo de Venus porque se edificó justo encima del antiguo templo, no es el Castillo de Erice, ojo), la plaza Umberto I o el convento di San Salvatore, entre otras cosas. Las visitas individuales a la iglesia, el campanario o el convento cuestan 2 € cada una, por eso una buena opción es coger un bono que cuesta 5 € y con el que se pueden visitar el Real Duomo (la Chiesa Matrice), la Torre di Re Federico (campanario), el convento di San Salvatore y además, San Martino, San Giuliano y San Giovanni, tres iglesias más. El castillo de Venus si se quiere visitar es bastante más caro (10 € aprox). Pasear por el pueblo, acercarse a los miradores para contemplar las vistas y tomarse una buena Moretti para refrescarse antes de bajar a Trapani a cenar es un planazo 😉

Le Mura

⇒Viale delle Sirene 15/19

Se podía cenar en muchos lugares en Trapani. Ante la duda, andamos y andamos hasta que llegamos a la puntita de la península mientras atardecía. trapani puesta solPor alli encontramos un par de restaurantes y elegimos Le Mura, un restaurante al lado de la muralla que elabora comida típica pero con un poco de imaginación y creatividad.

En este caso, existía un menú degustación por 19 €,  el camarero consultó con el chef cuál sería el de esa noche y nos pareció perfecto. Eso si: lo que nosotros entendemos por menu degustación, es decir, muchos platos pequeños, no era aplicable aquí. Eran muchos platos de tamaño normal. ¿Bacanal? Bastante. Lo bueno es que tomamos especialidades que de otra manera no hubiéramos probado. Para empezar, antipasti compuesto de: panelle (lo negro que parece carbón, no está quemado sino que está teñido con tinta de calamar, sabroso y tierno), gambitas cocidas con mayonesa, caponata di melanzane (más como un encurtido fresco que como un guiso) y un pequeño arancine en un cucurucho de papel. Después, platos enormes de pasta con le sarde (con pan rallado, pedacitos de sardina, piñones, anises… un sabor muy original) y couscous al pesce (acompañado de una salsa de marisco intensa). Y aun quedaban los segundos. Uno era pez espada (♥) y el otro lo que nos definieron como “unos pequeños pescaditos típicos de la zona, fritos”. Resultó ser otro cucurucho de papel lleno de ¡diminutos chopitos! Muy ricos, pero es imposible comerse todos. Además, tomamos una copa de un vino blanco estupendo, del que solo leí Bianco Maggiore, pero después viendo la botella estoy casi segura de que era un Cantine Rallo Bianco Maggiore Grillo de 2013. Cenamos muchísimo y hasta dudé de que el precio pudiera ser de 19 euros por tanta comida (sin vino), pero así fue. Y encima, estupenda.

Le Mura

Y aun quedaban Agrigento, Catania, el Etna, Siracusa, Taormina y Cefalú… Pero eso en el siguiente post, que por hoy ya ha sido suficiente 😉

Información práctica: moverse por Sicilia

Si se elije (como hicimos nosotros) el transporte público como opción para moverse por la isla, cosa que recomiendo si:

  • No te gusta mucho conducir o te estresas fácilmente al volante (el tráfico es “no apto para todo el mundo” en Sicilia)
  • Quieres gastar menos (moverte en coche alquilado sale más caro)
  • Quieres ver lo indispensable (me refiero a que llegar a los pequeños pueblos o calas es complicado con esta opción, no así las grandes ciudades o lugares más destacados)
  • Tienes tiempo y vas con calma (el transporte público es más lento que el coche)

es bueno saber que:

  1. Una vez se llega al aeropuerto de Punta Raisi/Falcone e Borsellino se puede ir hasta la Stazione Centrale de Palermo en tren o en bus (Prestia e Comandè). Ambos tardan unos 50 minutos y cuestan parecido (el tren algo menos, pero alrededor de 6 €).
  2. Cogiendo un bus desde Palermo y hacia el suroeste se llega a Trapani en algo menos de 2 horas (con la compañia Segesta/Interbus, recorrido que no aparece en la web de la compañia pero que existe) saliendo de la estación de bus al lado de la Stazione Centrale de Palermo, por 8.60 €.transporte

    Ci vediamo!

El pícaro

Después de un tiempo con la sección de recomendaciones abandonada voy con una que tenía muchas ganas de hacer. 995920_297695137044001_1539807500_nEn el barrio de Gros en Donosti hace ya un tiempo que abrieron un bar-restaurante italiano llamado “Malandrino” (algo así como pícaro o pillo) donde hacen unas pizzas deliciosas entre otras muchas cosas. Y en este caso el secreto está realmente en la masa, que preparan especialmente bien. Encima, los miércoles se pueden probar tranchos (trozos) de estas ricas pizzas a un muy buen precio: ¡solo 1 €! Y es que este bar hace pintxo-pote ese día, cosa que se agradece muy mucho a mitad de semana 😉 El precio normal son 2 €, si se toma crianza son 2.5 € y si se quiere tomar pizza nada más, que se puede, lo dicho, ¡a un euro! pizza-malandrino-donostia-san-sebastian-pizzeriaPor cierto, aquí también se puede tomar Aperol Spritz, una bebida veneciana. Para nosotros ir alli es ya es un hábito de cada semana, viendo como sacan palas y palas de pizza (grandes pizzas con forma rectangular como en la foto): diabola, de patata, de calabacín y berenjena, de jamón y aceitunas… Pero además, cualquier otro día de la semana uno puede tomar unas patatas al romero o unos riquísimos arancini (o arancine) de picoteo, una ensalada de pulpo con tomate estupenda, por ejemplo, o un plato de pasta o de risotto. Encima, los fines de semana se puede tomar un menu del día por alrededor de 15 €, con un primero, un segundo y un postre. El ambiente y el trato son muy familiares, la verdad es que da gusto. Bueno, bonito, barato: ¡perfetto!

La foto es de Kulturaldia bajo licencia Creative Commons CC BY 3.0 ES

La faceta menos conocida de Paul

File:Paul Newman 1954.JPGY digo menos conocida al menos para mí. Dos de mis aficiones favoritas, cine y gastronomía, confluyen en este post de manera casual. Hace un tiempo colgaba un tweet hablando de algunas comidas que nos habían traído de Idaho y, para ilustrarlo, ponía la foto de unos peanut butter cups de la marca Newman´s Own. Y hoy, haciendo un curso llamado Science & Cooking, descubro el restaurante the Dressing Room. ¿Y qué tienen en común estas dos historias? Pues que el dueño de ambos, es decir, la marca Newman´s Own y el restaurante the Dressing Room, es (o era) el guapo y desaparecido Paul Newman. Parece que, además de un entusiasta de los coches y las carreras de coches, la comida también atrajo su atención, cosa poco conocida y que se menciona sólo de pasada en, por ejemplo, la Wikipedia.

La marca Newman´s Own tiene una sección de alimentación con diferentes productos 1381311883975(desde su aliños para ensaladas, que fue con los que empezó toda la historia, hasta pizzas, comidas preparadas, salsas, palomitas, cereales o bebidas), una de comida ecológica (organic food, como se le llama en inglés, con chocolates, snacks, comida para perros, vinagre, café, té, regaliz, diferentes tipos de galletas o caramelos) y además vinos. Algo interesante en esta ya de por sí curiosa historia es que los beneficios de estos productos se destinan a caridad. Merece la pena echar un vistazo a los enlaces para conocer la marca.

Por otro lado, el restaurante Dressing Room emplea comida local, artesanal y ecológica para sus menús. Como curiosidad, comentar que Bill Yosses, el encargado de las masas y postres de la Casa Blanca (si, efectivamente, un encargado de los postres y las masas, tal cual) que junto con la Primera Dama, el secretario social de la Casa Blanca y el jefe de personal , trabajan con el Chef ejecutivo de la Casa Blanca para preparar todos los menús oficiales o no oficiales de la Casa Blanca, trabajó en este restaurante antes de ocupar su actual puesto.

Como en este post hay tanto jugo para exprimir puede que ahonde en el tema más adelante. De momento dejo este como una pequeña introducción 🙂

La foto de Paul Newman es de dominio público

La Madame

Ciertamente aquí no aparecerán imágenes de la comida, y es que una de las curiosidades de este lugar oculto en Donosti es que si dejas tu móvil en una cesta en la entrada te descuentan un 10% de la factura (el IVA vamos). Tranquilidad. Tuve la suerte de que el chef, el neoyorkino Kevin Patricio, fuera mla madamei profesor en un curso de cocina asiática del Basque Culinary Center y puedo decir que es pura creatividad. En la cena maridó diferentes vinos blancos y tintos, jereces y cervezas para cada plato que pedimos mientras nos explicaba cada uno y respondía a nuestras (interminables) preguntas con simpatía. ¿Qué recomiendo? El nigiri de foie hay que pedirlo sin duda, la tempura de gambas tiene fama y es adictiva y los dumplings son deliciosos, más aun regados con una cerveza fresca diferente de la tantas que hay en la carta. Y para terminar, recomiendo pedirse un cóctel ya que son especialistas. Si te quieres dar un homenaje, en este local con música ambiental y ambiente informal y que no es para nada el típico restaurante, te atenderán amablemente y comerás rico y de manera distinta.